Que el presidente español, Pedro Sánchez, no es partidario de la independencia de Catalunya ya hace tiempo que se sabe. Desde su llegada al frente del Ejecutivo del Estado, el mandatario ya se ha expresado con bastante convencimiento para evidenciarlo. Pero su negativa a esta división territorial también comporta efectos secundarios que se sienten más allá de las fronteras nacionales. Y es que, en su rechazo a la independencia catalana, también hay una segunda víctima: Kosovo. Este país, que declaró su voluntad de separarse de Serbia en 2008, ha recibido el reconocimiento de la gran mayoría de la Unión Europea. España sigue desmarcándose, manteniéndose en el 'no' junto con países como Grecia, Rumania y Eslovaquia.

 

Una postura que no puede ser sorprendente cuando se analizan las similitudes entre la situación kosovar y la catalana, y la serbia y la española. La independencia de Kosovo se realizó a través de una declaración unilateral ya hace casi una quincena de años, la cual Serbia nunca ha llegado a reconocer, aunque no controla en la práctica el territorio afectado. En este punto se ha pronunciado el presidente Pedro Sánchez este lunes para reiterar su negativa en esta vía. "Consideramos que una declaración unilateral de independencia, como la que se dio aquí, y esta es la opinión legítima del Gobierno, viola el derecho internacional", ha defendido. "No podemos estar a favor del reconocimiento de Kosovo". Sánchez ha hecho este comentario después de reunirse con el primer ministro de Albania, país que se sitúa en la postura contraria de España.

La solución a Kosovo también pasa por el diálogo

El rechazo de Sánchez a esta vía es, pues, obligado con el fin de tener argumentos para posicionarse en contra de cualquier independencia en Catalunya en un futuro. Ahora bien, para resolver la situación entre Kosovo y Serbia, el español apuesta por una receta que también defiende en casa: el diálogo. Así, durante sus palabras este lunes también ha querido "animar" a Belgrado y Prístina a hacer efectivo "el diálogo que han empezado y que esperamos que lleve traiga a buen puerto". Una estrategia que para Catalunya aún no ha aportado muchas soluciones al conflicto político.

Mismas palabras al lado de Serbia

El viernes pasado, durante el encuentro de Pedro Sánchez con su homólogo serbio, Aleksandar Vučić, el presidente español también se pronunció de la misma manera. "Damos apoyo a Serbia en lo que tiene que ver con Kosovo", aseguró, añadiendo que "hay que respetar la integridad territorial de las naciones y que hay que respetar el derecho internacional". De hecho, afirmó que España y Serbia están unidas por el "convencimiento de garantizar el respeto del derecho internacional y la integridad soberana de los Estados, la integridad territorial de los Estados." Y es que, en materia kosovar, Sánchez y Vučić comparten plenamente su punto de vista, a diferencia del encuentro con el primer ministro albanés, ante quien Sánchez se ha visto obligado a reiterar que respeta "la opinión" de su gobierno y su pueblo con el fin de no herir sentimientos.