Estamos justo en el ecuador de la legislatura en España. En muy pocas semanas, el primer gobierno de coalición desde la Segunda República soplará las velas de los dos años. Y aun así, las encuestas proliferan como si estuviéramos en plena precampaña electoral. A un lado, los barómetros mensuales del CIS, que siguen situando al PSOE de Pedro Sánchez claramente al frente. En el otro, las encuestas que publican los medios de comunicación, especialmente los de la órbita conservadora, que abren la puerta a una mayoría del PP y la extrema derecha de Vox. Las elecciones generales no están previstas hasta finales de 2023, si se agota la legislatura. Antes hay todo un ciclo electoral con las andaluzas del 2022, las municipales y autonómicas del 2023 y quien sabe si algún adelanto electoral. Pero los rumores de anticipadas en el Estado no ha desaparecido nunca del ambiente. Incluso el exgurú de La Moncloa, Iván Redondo, ha apuntalado esta opción. La tentación está ahí y está sólo en manos de Pedro Sánchez. Pero, ¿tiene incentivos? A continuación algunas de las claves de lo que hay por delante.

El nuevo ciclo electoral

Las primeras elecciones marcadas en el calendario político español serán las de Andalucía. El gobierno del popular Juanma Moreno con Ciudadanos verá cómo finaliza su legislatura el próximo otoño. Pero el escenario de adelanto hace meses que cierne sobre el ambiente (el PSOE se apresuró a escoger candidato antes del verano). Como también lo empieza a hacer en Castilla y León, donde el gobierno del PP (en coalición también con Cs) teme una segunda moción de censura del PSOE, que esta vez sí que fructifique. Después ya vienen las previstas: municipales y autonómicas a la mayoría de comunidades en mayo del 2023. En este contexto convulso, el politólogo Lluís Orriols, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid, cree que es temprano para establecer consecuencias electorales, pero sí que cree que servirá para ver hasta qué punto están consolidadas las formaciones hoy, desde los partidos del Gobierno hasta el auge de la extrema derecha de Vox. A partir de aquí, se pueden precipitar las decisiones o se puede optar por agotar la legislatura. Por su parte, Javier Lorente, profesor de ciencia política de la Universidad Rey Juan Carlos, cree que los socios de La Moncloa tienen interés en seguir en el poder en unos años en que tendrán "mucho dinero para gastar y previsiones económicas positivas". Al PSOE le interesa porque que "cuanto más dure el gobierno menor recuerdo de la covid"; a Podemos "porque necesita tiempo para reconstruir el espacio político".

La evolución de la economía

Muchos economistas consideran la inflación como el impuesto de los pobres, porque son quienes más acabando pagando las consecuencias en su bolsillo y en su día a día. Se está viendo durante los últimos meses, con los precios desbocados de la factura de la luz, que no parecen revertirse. A eso habrá que sumar la recuperación de la economía después de los estragos de la pandemia, la gestión que se haga de los fondos europeos y las reformas comprometidas con Bruselas. En el recuerdo todavía está el legado de la crisis económica y financiera del 2008. Lluís Orriols señala como hay conexión "muy directa" entre la situación económica y las perspectivas electorales y que los datos macroeconómicos clásicos, como el crecimiento o la creación de empleo, juegan a favor del Gobierno. Ahora bien, el politólogo también constata que estos indicadores ya no son tan útiles, y que hay otros, como los rebrotes de la pandemia, el precio de la luz o la incertidumbre por los suministros internacionales, que están alterando la percepción de los ciudadanos. "La Moncloa debe hacer una reflexión: o no lo traslada bien, o las cosas realmente no están tan bien", plantea Orriols.

¿Efecto Yolanda Díaz?

El espacio de Unidas Podemos parecía haber tocado ya techo electoral. De hecho, entró en La Moncloa con sus números históricos más bajos. Pero la retirada de la primera línea del desgastado Pablo Iglesias ha hecho emerger un nuevo fenómeno, ya bautizado como efecto Yolanda Díaz. La vicepresidenta segunda aspira a enterrar la marca de Podemos y construir un Frente Amplío a la española que aglutine a toda la izquierda a la izquierda del PSOE. Las últimas encuestas del CIS le dan mejor nota ciudadana que al presidente Pedro Sánchez e incluso Iván Redondo pronostica que podría ser la próxima presidenta de España. Javier Lorente señala como su liderazgo es bien evaluado, porque representa el retorno a la "transversalidad", pero también constata que "los liderazgos no lo son todo". En este sentido, prosigue el politólogo, tendrá que saber "hilar la buena evaluación ciudadana con las políticas que logre aplicar". Ahora bien, Lorente es escéptico con las posibilidades reales que tenga más allá de "tapar algunas fugas". Por su parte, Lluís Orriols cree que "en términos teóricos" Yolanda Díaz puede hacer daño a Pedro Sánchez, porque es "no es percibida como radical" y está penetrando en todo el espacio del centroizquierda. Otra cosa muy distinta, añade, es que sea capaz de poner de acuerdo a todos los partidos que tendrían que confluir. "Ser general sin ejército es muy difícil", avisa el profesor de la Universidad Carlos III.

España Vacia(da)

En noviembre de 2019, Terol Existeix dio el primer golpe sobre la mesa, arrancando un diputado en el Congreso y dos senadores por un territorio despoblado que se sentía olvidado y excluido por los partidos tradicionales y por los centros de decisión. Ahora el fenómeno amenaza con multiplicarse y aspira a marcar la gobernabilidad del Estado. El próximo enero, la plataforma España Vaciada anunciará la fórmula que utilizará en las próximas elecciones generales, pero ya se han publicado encuestas que les otorgan hasta quince escaños, dos más de los que tiene ahora ERC. Quiere tener presencia en al menos 25 provincias de las dos Castillas, Extremadura, Aragón, Navarra, La Rioja, Galicia y Andalucía. Lluís Orriols indica que es muy difícil saber a quién robarán más votos, pero por contrario es fácil predecir a quién pueden robar más escaños: al PP y el PSOE, que tradicionalmente se han llevado con facilidad los escaños de las circunscripciones más pequeñas. Son unas candidaturas, argumenta, que pueden rascar por todos lados, porque no plantean el debate en los esquemas ideológicos clásicos de derecha-izquierda, sino en el eje "centro-periferia, urbano-rural". La percepción de Javier Lorente, en cambio, es que puede acabar perjudicando a "la mayoría de la derecha con la extrema derecha". Asegura que es por "pura mecánica del sistema electoral", porque competirán por el tercero o cuarto escaño de estas provincias. Si bien precisa que todavía quedan muchas incógnitas, el profesor de la Rey Juan Carlos cree que "puede cambiar el panorama por completo".

Reorganización de la derecha

En la izquierda española justo están empezando los movimientos de reorganización del tablero, pero en la derecha estos trabajos están mucho más avanzados. Donde antes había tres marcas, ahora va camino de haber dos: el PP como partido central (que devoraría el espacio de un Ciudadanos en descomposición) y la extrema derecha de Vox. Excepto a nivel estatal, las dos formaciones ya han demostrado que no hay cordones sanitarios a la europea y que no dan ascos a ir de la mano. A pesar de todo, Javier Lorente no cree que esta reorganización cambie sustancialmente el panorama. El politólogo recuerda que Ciudadanos ya quedó "muy tocado" en las últimas elecciones generales del 2019 y que el PP simplemente puede acabar de absorber este votante. Orriols agrega que el PP estaría abocado a una sola mayoría posible: la de Vox.

¿Y Catalunya?

El conflicto político catalán es el eterno elefante en la habitación de la política española. Se ha intentado reconducir la situación en los últimos tres años. El presidente Pedro Sánchez ha acabado aceptando montar una mesa de diálogo sobre el conflicto y ERC ha ofrecido estabilidad al gobierno de coalición llegando a acuerdos en Madrid. De momento, sin embargo, la alianza no está exenta de tensiones, como demuestra la polémica por el blindaje del catalán en la ley audiovisual. A pesar de todo, Lluís Orriols considera que tanto el PSOE como ERC tienen incentivos para mantener esta alianza estratégica, que permite superar la "convulsión" y "empezar a hacer política". Pero hará falta que esta estrategia dé frutos como mínimo visibles. "Una cosa es jugar esta liga, la otra es acabar en posiciones de descenso", concluye el politólogo de la Universidad Carlos III. Javier Lorente plantea un interrogante: "Habría que preguntarse qué quieren realmente los actores con estos instrumentos, si son una simple pantalla para tirar adelante o no". Pero, en cualquier caso, tiene la sensación que "todo aguantará". Porque tiene más ganancias potenciales que perjuicios.