El PP se ha pasado los últimos meses entonando una amenaza de forma constante: citar a Pedro Sánchez y Begoña Gómez a declarar en la comisión de investigación del caso Koldo que los populares crearon en el Senado. No lo ha hecho. Han pasado semanas y semanas, varios medios de comunicación han publicado toneladas de información sobre los supuestos delitos de corrupción y tráfico de influencias, Alberto Núñez Feijóo le ha reclamado incontables veces al presidente del Gobierno explicaciones sobre la actividad empresarial de su esposa; pero los populares no han cumplido la amenaza. Y este lunes, al líder del PP se le ha adelantado alguien: el juez Juan Carlos Peinado ha movido ficha y, obedeciendo una petición de Vox, ha citado a Pedro Sánchez a declarar en calidad de testigo el 30 de julio.

Feijóo, incluso este lunes, ha rechazado aprovechar la ofensiva del aparato judicial para complementarla con su uso de la mayoría absoluta que ostenta en el Senado. El PP ha celebrado en este arranque de semana una Junta Directiva Nacional en un hotel ubicado al lado del Santiago Bernabéu, y el líder del partido ha pronunciado un discurso. En un primer momento, parecía que Feijóo cargaba la pólvora para disparar contra Pedro Sánchez y anunciar una segunda citación para declarar; esta vez en el Senado. "Un ciudadano imputado tiene derecho a no pedir explicaciones; pero no un gobierno, que siempre tiene que dar explicaciones a los ciudadanos; más todavía cuando las presuntas actuaciones corruptas llegan a la Moncloa", ha dicho. Pero no ha acabado anunciando nada. A pesar de opinar que es "lamentable que la primera vez que escuchemos a Pedro Sánchez pronunciarse sobre la corrupción que afecta al Palacio de la Moncloa será ante un juez", ha dejado en el aire la posibilidad de citarle en la cámara alta.

Feijóo se ha limitado en esta comparecencia a animar a Sánchez a hacer como Joe Biden, ahora que el mandatario norteamericano ha anunciado que se retira de la carrera electoral para continuar al frente de la Casa Blanca. Le ha reclamado al presidente del Gobierno que dimita "redactando su tercera y definitiva carta".

 

"Queremos toda la información"

El viernes pasado, el portavoz del PP, Borja Sémper, fue preguntado por los periodistas a qué se debe la demora del partido para hacer valer su mayoría absoluta en el Senado y citar a Pedro Sánchez a declarar. Aseguró que el líder socialista acabará compareciendo en esta cámara, pero hizo una apelación a la "tranquilidad". La excusa fue la siguiente: "Queremos toda la información posible para que comparezca el presidente y dé las explicaciones exigidas y necesarias, y el tiempo nos está dando la razón".

El caso, sin embargo, es que el PP puede citar a declarar a Pedro Sánchez en esta comisión del Senado tantas veces como quiera. Es decir, que si el presidente del Gobierno acude a la cámara alta y más tarde aparecen nuevas informaciones periodísticas sobre la actividad empresarial de Begoña Gómez, los populares tienen infinidad de oportunidades para hacerlo volver a la cámara alta.

Pedro Sánchez, dispuesto a declarar en el Senado

El pasado mes de abril, en una conversación informal con los periodistas que viajaban en el mismo avión que Pedro Sánchez en un viaje a Oriente Próximo, el presidente del Gobierno se mostró completamente dispuesto a acudir al Senado a declarar si el PP le forzaba a hacerlo. "No tengo ningún problema a rendir cuentas donde haga falta", señalaba el líder socialista, aparte de opinar que comparecer en el Senado podría formar parte del "juego democrático". El caso, sin embargo, es que el jefe del ejecutivo español ha desperdiciado las oportunidades que ha tenido para hacerlo.

De hecho, el pasado miércoles, el portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, señaló que "seguramente no habrá un caso penal reprobatorio" en la causa contra Begoña Gómez, sobre todo teniendo en cuenta que las acusaciones provienen de formaciones y organismos de la extrema derecha. Ahora bien, riñó a Pedro Sánchez por la ausencia de explicaciones por su parte sobre el caso. "A mí lo que me sorprende es que nadie diga que hay cosas que, sencillamente, no se pueden hacer; no porque las prohíba la ley, sino porque no se tienen que hacer ni por ética ni por estética", le espetó el parlamentario vasco al presidente español.

En medio del debate sobre impulsar en España un plan de regeneración democrática, Esteban opinó que no tiene "ningún sentido" establecer un estatuto para los familiares de los cargos públicos, pero sí siempre guiarse a través del "sentido común". "Hace falta saber que hay cosas que no se tienen que hacer, porque hay límites más allá de la legalidad", sentenció.