Francisco Nicolás Gómez Iglesias, también conocido como el Pequeño Nicolás, se ha sentado este martes en el banquillo de los acusados siete años después del viaje que hizo a Ribadeo (Lugo) donde presuntamente se hizo pasar por un enlace entre el Gobierno y la Casa Real, una mentira por la cual la Fiscalía pide siete años de prisión.
La Sección 17 de lo Audiencia Provincial de Madrid celebrará este martes, miércoles y jueves el juicio contra el Pequeño Nicolás por los presuntos delitos de usurpación de funciones públicas, falsedad en documento oficial y soborno pasivo.
A su lado se sentarán también acusados el jefe de la Policía Municipal de Madrid Jorge G. H., y el policía municipal de Torrijos (Toledo) Carlos P. L. D., por los cuales el Ministerio Público pide cinco años y medio de prisión.
El juicio se ha podido celebrar hoy finalmente, después de cuatro intentos: la primera fue una suspensión en el 2019 por un cambio de letrada del Pequeño Nicolás, la segunda por la pandemia de coronavirus en el 2020 y la tercera el mes de enero pasado por el contacto directo con uno infectado de Covid de uno de los letrados.
Las acusaciones
El Ministerio Público detalla cómo a principios del mes de agosto de 2014, el Pequeño Nicolás propuso una reunión a un empresario asturiano, Jorge Cosmen, al cual le hizo creer que era un funcionario público, un enlace entre la Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real. Cosmen y Gómez Iglesias comieron juntos el 13 de agosto, después que el acusado asegurara al empresario que al almuerzo "asistiría una persona muy importante" de la Zarzuela, promesa que no se hizo realidad.
Para llevar a cabo su plan, Gómez Iglesias había contactado previamente con dos policías municipales, a los cuales pidió que le proporcionaran los medios policiales necesarios para hacerse pasar por un cargo público, a cambio de una gratificación por sus servicios.
"Quería sentirme poderoso"
Este martes está prevista la tramitación de las cuestiones previas, los interrogatorios de los tres acusados y la declaración en calidad de testigos de tres policías nacionales.
Durante su declaración, Gómez Iglesias ha asegurado que pretendía "darse importancia y sentirse poderoso". Por su parte, la estrategia del letrado del Pequeño Nicolás, Manuel Marchena Perea, hijo del magistrado del Tribunal Supremo, es demostrar que el procesado no cometió ningún delito.
En este sentido, el Pequeño Nicolás ha argumentado que "no quería hacerme pasar por una autoridad, sólo a una persona importante," y que "en aquella época no tenía el tratamiento psiquiátrico que tengo desde hace años".
El juicio
La acusación popular, formada por la Asociación Municipal Unificada de Madrid (APMU) y Podemos, solicita once años de prisión para el Pequeño Nicolás; la Abogacía del Estado, 21 meses de prisión y una multa, y el Ayuntamiento de Madrid reclama tres años y medio de prisión.
El miércoles declararán varios testigos como el empresario Jorge Cosmen y un brigada de la Guardia Civil. El jueves darán a su testimonio otras personas como el inspector jefe de la Policía Municipal de Ribadeo, se practicarán varias pruebas periciales y se conocerán los informes finales, todo antes del derecho a la última palabra de los acusados.
Este joven fue detenido en octubre de 2014, cuando tenía 20 años, acusado de falsedad, estafa y usurpación de identidad por hacerse pasar por miembro del Gobierno, y se le abrieron varios procesos judiciales, algunos ya finalizados, como la causa en la cual estaba imputado por injurias y calumnias en el Centro Nacional de Inteligencia, de lo que fue absuelto.