El expresident de la Generalitat Pere Aragonès ha reaparecido este miércoles en una conferencia en la Universidad de Yale, en Estados Unidos, en la que ha explicado el conflicto político soberanista en Catalunya y ha hecho un repaso desde su punto de vista  de su gestión del mismo durante el mandato que ha estado al frente de la Generalitat. En el Linsly-Chittenden Hall de la prestigiosa universidad americana, Aragonès ha defendido las negociaciones entre su Govern y el Gobierno de Pedro Sánchez para abordar el conflicto, iniciadas hace ya cinco años, y ha afirmado que han sido un "gran éxito" pese a admitir que han supuesto un "coste electoral" para Esquerra Republicana y que todavía no se haya conseguido su "objetivo último": un referéndum de independencia.

Aragonès ha argumentado que en un contexto de extrema "complejidad", tras los hechos del 1-O, con los líderes independentistas presos o exiliados, con la presión judicial, siendo "espiado ilegalmente" por el CNI y con luchas internas en el seno del independentismo, las negociaciones con el Ejecutivo de Sánchez han dado sus frutos: entre los cuales, ha citado los indultos, la reforma del Código Penal para eliminar el delito de sedición —"que tiene un sesgo político"—, la amnistía al procés y, ha destacado como fundamental, el "reconocimiento" por parte del Gobierno de España de que existe un conflicto político y de que la autodeterminación y el independentismo son posiciones políticas "legítimas". También los últimos avances en soberanía autonómica, en referencia a la financiación singular o el traspaso de Rodalies.

El expresident ha defendido que lideró este diálogo con el objetivo primero de "acabar con la represión al independentismo" y el propósito último de conseguir un referéndum de independencia pactado, para lo que este "marco de diálogo" era necesario. "Esta transición hacia el diálogo la lideró el partido más antiguo de Catalunya, el que ha sido independentista desde hace más tiempo. Eso fue un activo", ha dicho Aragonès, que ha añadido que esta antigüedad dio a Esquerra Republicana la "legitimidad" para que la gente "confiara". Con todo, ha apuntado que en una negociación se debe ser consciente del espacio que tiene el otro para moverse y que en este caso no era mucho: "Si hubiéramos dicho independencia o nada, nos habríamos quedado con 'nada' (...) No vas a conseguir todos los objetivos de un día para el otro". Sobre esto, también ha admitido reticencias internas dentro del movimiento independentista hacia el diálogo, si bien ha aprovechado para dejar un dardo para Junts, de quienes ha dicho que a pesar de ser críticos entonces, ahora mantienen sus propias negociaciones con el Gobierno: "Es una victoria, bienvenidos", ha dicho irónico.

El "largo camino" por recorrer

Aun así, la amnistía no se ha aplicado todavía a todos los encausados —pendiente de la resolución del Tribunal Constitucional, ante el requerimiento del Tribunal Supremo, reacio a amnistiar a Carles Puigdemont y otros dirigentes independentistas implicados en el 1-O en considerar que malversaron en beneficio propio— y el referéndum no se ha conseguido todavía, tal como ha admitido Aragonès en la conferencia en Yale, y ha añadido que aún queda "un largo camino para resolver el conflicto" y que esta "no es una historia acabada".

"El diálogo no está de moda, pero creo que es lo importante a ojos de la historia"

Aragonès ha admitido que las negociaciones han tenido un coste electoral para Esquerra Republicana, si bien ha defendido que si se compara la situación de hace cinco años con la actual, han sido "un gran éxito". "Si estás en una posición de liderazgo, eres el presidente de tu nación, no tienes que pensar en las siguientes elecciones, sino en las siguientes generaciones. El liderazgo es así, asumir la responsabilidad, el coste electoral", ha dicho Aragonès, que ha añadido que en un contexto de polarización tan grande a nivel mundial, y también en Catalunya, "hablar de diálogo y negociación no está de moda", pero, ha defendido, "es lo importante a los ojos de la historia".