El Senado se prepara para vivir este jueves una sesión de alto valor simbólico y político. En el afán del PP de convertir la cámara alta en altavoz contra los planes de Pedro Sánchez con la amnistía, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, será el único que defenderá el despliegue de la ley del olvido judicial en un auditorio que estará lleno de dirigentes autonómicos populares. El jefe del ejecutivo estará solo en la defensa política, dado que no acudirán ni los tres barones del PSOE ni el lehendakari, Íñigo Urkullu, que consideran que la sesión de la Comisión General de las Comunidades Autónomas es una trampa de Alberto Núñez Feijóo. Eso sí, cuando acabe su alegato, el presidente catalán se irá y se ausentará para el resto de la sesión.

A partir de las 11 de la mañana de este jueves, Aragonès será la excepción en el Senado y reivindicará la amnistía con el objetivo de combatir el monólogo del PP y de defenderla como una solución política para el conflicto entre Catalunya y el Estado. De esta manera el presidente atribuye protagonismo a Esquerra Republicana de Catalunya en las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez, que están capitalizadas por Junts per Catalunya en el ámbito del independentismo.

Ante el plantón de los tres presidentes socialistas y el lehendakari, la presencia de Aragonès en el Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta, se ha convertido en munición en manos de los conservadores para atacar al PSOE y al PNV. "Parece que esta vez el president de la Generalitat de Catalunya respeta el Senado más que el Gobierno de España", soltó este martes al senador del PP, Antonio Silván. Ahora bien, una vez han sabido que Aragonès fijará posición y no se quedará a escuchar a los presidentes del PP, la cúpula de Génova se ha quedado mosqueada. Si bien el vicesecretario institucional del PP, Esteban González Pons, ha aplaudido este miércoles la "valentía" y "el acierto", le ha reprochado la "soberbia" por el hecho de que se marche una vez termine su discurso. "Los dictadores también hablan, lo que no hacen es escuchar", ha dicho González Pons en un símil desafortunado.

En cualquier caso, la decisión de Aragonès de ir este jueves a Madrid ha roto la estrategia del PSOE y el PNV de dejar al PP solo en el Senado arremetiendo contra la amnistía. Sin embargo, fuentes de La Moncloa lo han recibido con indiferencia alegando que Aragonès "puede hacer lo que considere". "Por nosotros que haga lo que quiera", explican fuentes del entorno de Pedro Sánchez a ElNacional.cat. El Gobierno tampoco enviará a ningún ministro y, en el terreno de la argumentación, la portavoz socialista, la catalana Eva Granados, acusó al PP de "instrumentalizar" el Senado convirtiéndolo en "una sala anexa de Génova". Los tres presidentes del PSOE que harán novillos son Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha), María Chivite (Navarra) y Adrián Barbón (Asturias).

Mirando al norte, fuentes parlamentarias del PNV se resisten a valorar la presencia del presidente catalán y ponen distancia, aunque Urkullu, que ha vuelto hoy de un viaje oficial a Japón, rechazó ir al Senado al afirmar que el debate era una "propuesta de precampaña política de interés partidario del PP". Por lo que refiere a las Islas Canarias asistirá el vicepresidente del gobierno regional, Manuel Domínguez (Coalición Canaria).

Aragonès abrirá el debate

La sesión arrancará a las 11 de la mañana y la tendría que abrir el Gobierno, pero como no enviarán a ningún representante y al confirmarse la ausencia de Urkullu, Pere Aragonès será el encargado de poner en marcha la sesión, dado que el orden de intervención lo marca el año de aprobación del Estatuto de Autonomía. El catalán fue el segundo en ver la luz en España después del de Euskadi. Cuando acabe su discurso, Aragonès abandonará el Senado por "temas de agenda", tal y como ha confirmado este miércoles la consellera de la Presidència, Laura Vilagrà, Después lo seguirán el resto de presidentes autonómicos que también han respondido al llamamiento voluntario del Senado, que son, entre otros, el andaluz Juanma Moreno Bonilla, el gallego Alfonso Rueda y la madrileña Isabel Díaz Ayuso. Cada uno tendrá 10 minutos de margen para hablar y no habrá debate entre ellos. Al acabar, Aragonès, que podrá hablar en catalán en virtud del reglamento del Senado, ya ha anunciado que se irá inmediatamente y no se quedará a escuchar la comisión.

Según el orden del día, después de los presidentes regionales será el turno de los senadores por designación autonómica que lo soliciten durante 5 minutos y, para acabar, tomarán la palabra los portavoces de los grupos parlamentarios, que tendrán 10 minutos para fijar posición. En este punto participarán Josep Lluís Cleries por parte de Junts, Sara Bailac en nombre de Esquerra Republicana de Catalunya, Juan Espadas, por el PSOE, y María Dolores Etxano, del PNV.

La Comisión General de las Comunidades Autónomas es la única cumbre específica de las Cortes españolas que puede albergar un debate entre el gobierno central, los presidentes autonómicos y los grupos parlamentarios. En los últimos años prácticamente no ha tenido actividad y cuando la ha tenido se ha utilizado para debatir cuestiones relacionadas con la financiación autonómica, aunque los últimos presidentes catalanes han renunciado a acudir. La comisión se convocó por última vez en abril del 2022, con el fin de abordar el plan de recuperación y transformación de la economía española. En aquella ocasión, por parte del gobierno central, intervino la vicepresidenta primera, Nadia Calviño.