El legado del coronel Diego Pérez de los Cobos como jefe de la comandancia de la Guardia Civil en Madrid todavía levanta ampollas. Lejos de las discrepancias y la falta de confianza con el ministro Fernando Grande-Marlaska, ahora tiene un nuevo frente abierto: la secretaría del Estado de Interior le ha abierto una investigación por despedir a un sargento de la Guardia Civil de forma arbitraria y condicionado a una pelea personal que tenía este con el sobrino de Pérez de los Cobos, también teniente del cuerpo. Este sobrino es el hijo de la hermana de la mujer de Pérez de los Cobos, por lo tanto, es su tío político.
Como jefe superior, Pérez de los Cobos se habría saltado la ley, que es muy explítica con estos temas: no se puede intervenir si la motivación es únicamente la enemistad personal y si hay vínculos familiares entre los implicados, aunque sean relaciones de parentesco con uno de los afectados. Si la sanción progresa se enfrenta apenas que pueden ir desde la separación del servicio por completo hasta la suspensión de trabajo desde los tres meses a los seis años y multas más leves como la pérdida de sueldo de uno a cuatro días, tal como recoge el Manual Básico del Régimen Disciplinario de la Guardia Civil.
La destitución del sargento, que tal como recoge El País lleva por sigla la letra S, tenía un currículum impecable que todavía pone más de relieve la sorpresa de su final: había recibido quince condecoraciones del cuerpo y dieciocho felicitaciones y sus evaluaciones anuales siempre las aprobaba con sobresalientes. Además, la justificación de Pérez de los Cobos para echarlo se basó en un escrito copiado literalmente de otros informes anteriores sin detallar ningún argumento justificativo contra el sargento. La única explicación con la que se podía basar era su escasa capacidad para relacionarse con terceras personas" que había argumentado el sobrino de Pérez de los Cobos.