De poco ha servido que la portavoz del ejecutivo corrigiera al director de la Casa de la Generalitat en Perpinyà, la pifia del Govern de Salvador Illa con la Catalunya Nord ha perseguido al president hasta la sesión de control de este miércoles en el Parlament. “No niego ninguna denominación ni entro en debates nominalistas”, ha asegurado el president al ser interrogado por ERC sobre el rechazo del delegado de su gobierno a usar el término Catalunya Nord y que el ejecutivo también ha evitado utilizar esta denominación.

 

El presidente del grupo de Esquerra, Josep Maria Jové, ha reprochado a Illa que negar el concepto Catalunya Nord es “una decisión política plenamente consciente” que rechaza una realidad histórica, política y social común, que no ha conseguido borrar ninguna frontera administrativa y que ha sido reconocida hasta ahora por “todos” los Governs de la Generalitat. “Basta de eufemismos que bordean el ridículo y acaban siendo ofensivos”, ha reclamado el diputado de ERC, que ha recordado que cuando Illa viajó a principios de marzo a Perpinyà desde su gabinete se refirieron a la Catalunya Nord como la “demarcación del sur de Francia con vínculos históricos con Catalunya”. Jové ha reclamado una rectificación del ejecutivo y que aparte de sus responsabilidades a quien no comparta este criterio.

Delegado cuestionado

En concreto, en el caso del director de la Casa de Perpinyà, Christopher Daniel Person, ha cuestionado su idoneidad tras constatar la serie de “despropósitos” que ha acumulado desde que ha asumido el cargo, como cancelar el premio que otorga el PEN catalán con toda la logística en marcha o enviar las felicitaciones de Navidad solo en francés, aparte de las críticas que ha levantado “el poco sentido institucional y de la catalanidad de su actividad ordinaria”. La gota que colmó el vaso, recordó, fue la comparecencia del delegado la semana pasada en el Parlament, que, en palabras de Jové, llegó al “máximo de la hilaridad”.

En aquella comparecencia ante la comisión de Asuntos Institucionales, Christopher Daniel Person argumentó que el Govern no puede utilizar el término Catalunya Nord porque “el Estado francés solo reconoce la denominación de ‘Pirineos Orientales’”. “Y yo, desde la delegación, tengo que conservar la neutralidad institucional; en un territorio que no es España, por respeto, tenemos que conservar la denominación oficial del Estado”, argumentó.

Compromiso máximo

En su respuesta, Illa ha expresado su compromiso con la Casa de la Generalitat en Perpinyà. Ha recordado que fue creada por el president Pasqual Maragall y que su gobierno la ha mantenido en el departamento de Presidència. Ha recordado su viaje a Perpinyà para apoyar a la Bressola, para honrar la memoria de los republicanos y para generar vínculos económicos con esta zona y ha asegurado que su compromiso es máximo al defender el catalán, la cultura catalana y los intereses de Catalunya en aquel territorio.

Este martes la portavoz del Govern, Sílvia Paneque, ya había intentado echar agua al vino de la polémica atizada por el delegado en Perpinyà, argumentando que el ejecutivo tiene que alejarse “de estas cuestiones que tienen que ver con la terminología” y asegurando que el ejecutivo “no tiene ningún inconveniente con el concepto Catalunya Nord”.

De poco ha servido, porque la polémica ha llegado al Parlament este miércoles de la mano de los socios de ERC, pero también ha sido recordada en la intervención del portavoz de Junts, Albert Batet, que ha reprochado a Illa que hable de “normalidad” en medio de las polémicas que tiene sobre la mesa, entre las cuales ha citado la falta de presupuestos, la crisis de Rodalies, los ceses sin explicación en la DGAIA, pero también la negación de la Catalunya Nord. “¿Cree que es normal lo que dijo el director de la Casa de Perpinyà aquí en sede parlamentaria? President, usted no puede hablar más de normalidad. En Catalunya no hay normalidad, hay parálisis, inacción y renuncia por parte de su gobierno”, ha reprochado.

También Aliança Catalana ha dedicado su intervención a este tema y ha acusado al delegado de la Generalitat de hacer de altavoz del jacobinismo francés.