Ya ha pasado. El catalán se ha estrenado en el Congreso, y los diputados Gabriel Rufián y Míriam Nogueras ya pueden presumir de haber sido los primeros diputados catalanes de la historia que pueden hablar sin impedimentos su lengua en la cámara baja española. Puede afirmarse sin problemas que el Pleno de este martes ha sido histórico y, por lo tanto, atípico. Tanto, que incluso el PP ha entrado en contradicción: citándolos a ellos mismos, han acabado haciendo "el canelo". Este lunes Borja Sémper tachó de esta manera hablar catalán, vasco o gallego en el Congreso y al final ha acabado siendo él mismo quien ha hablado euskera ante los parlamentarios que había en el hemiciclo.
La sesión ha empezado con la interrupción de Cuca Gamarra a Francina Armengol, mientras la presidenta del Congreso exponía la proposición de reforma del reglamento que se estaba a punto de debatir. La secretaria general de los populares ha instado a la socialista a obligar a los diputados a "cumplir la Constitución" y el "reglamento vigente" hasta que este no sea renovado. En otras palabras: que la sesión se hiciera únicamente en castellano. Armengol lo ha rechazado recordándole que la Mesa ya llegó a un acuerdo sobre esta cuestión y que los diputados podrían expresarse con la lengua cooficial que desearan.
Solucionados los palos en las ruedas que ha intentado poner el PP, la sesión ha empezado con la intervención del socialista José Ramón Besteiro, el encargado de presentar la iniciativa ante la cámara. Así, la primera lengua cooficial del Estado en ser utilizada en el Congreso de los Diputados con total normalidad ha sido el gallego. Cuando hacía escasos segundos que el diputado del PSOE hablaba, Vox ha vuelto a hacer de las suyas: la diputada ultra Pepa Rodríguez ha pedido la palabra. Cuando Armengol se lo ha negado argumentando que no puede interrumpir a un orador, la formación de extrema derecha se ha dispuesto a abandonar el hemiciclo. Antes de hacerlo, sin embargo, ha dejado sobre el escaño de Pedro Sánchez —ausente en este Pleno— todos los pinganillos que se habían puesto este martes a disposición de los diputados para entenderse entre ellos.
Los diputados de la derecha españolista han hecho en este Pleno muestras de tener urticaria en las orejas, y se han negado a ponerse los auriculares que prestaban una traducción al castellano de todas las intervenciones de los diputados de la cámara. La excusa para evitar la imagen de un parlamentario popular con los auriculares puestos ha sido que se podían seguir las intervenciones a través de las pantallas del hemiciclo, donde se subtitulaban al castellano los discursos. Es más, fuentes del PP apuntan que los ciudadanos ya pueden ir olvidándose de la posibilidad de ver a un diputado de los populares con orejeras. A partir de ahora este grupo siempre recurrirá a las pantallas subtituladas.
El PP entra en contradicción y acaba haciendo "el canelo"
Uno de los momentos que serán más recordados de este Pleno ha sido cuando Borja Sémper ha hecho entrar su partido en contradicción. Aunque el portavoz del PP había garantizado que mantendría el castellano en el Congreso para "no hacer el canelo", ha sido él mismo quien sí que ha utilizado el euskera. Por mucho que haya sido forma puntual y aplicándose una autotraducción automática e inmediata, el gesto ha costado de entenderse.
Ha sido tan contradictorio que los diputados de Vox han vuelto a abandonar el hemiciclo por segunda vez, y eso ha despertado diferentes risas entre los diputados del bloque progresista. "Yo no quiero que nadie se marche, yo quiero que debatamos", ha recriminado Sémper a los ultras. Además, el portavoz popular ha mantenido la decisión de ir intercalando algunas frases en castellano, un hecho que también ha provocado que algunos diputados del PP, contrariados, hayan decidido no aplaudir su discurso.
Queda claro que la expresión "hacer el canelo" le ha salido cara a los populares porque la mayoría de grupos partidarios de la normalización lingüística han hecho broma con Sémper acusándolo de estar haciendo "el canelo". Los populares argumentan que, anteriormente, el reglamento ya permitía hacer algunas puntualizaciones con la lengua que se quisiera; motivo por el que, según su opinión, Sémper no ha entrado en contradicción.
Los anglicismos de Rufián y la llamada a no dejar de conquistar derechos de Nogueras
Gabriel Rufián puede presumir, pues, de haber sido el primer diputado en hablar íntegramente en catalán durante todo su discurso. Aparte de hacer una intervención apelando a la emotividad —con menciones a los abuelos y a los hijos—, ha protagonizado uno de los momentos que ha despertado más carcajadas entre los parlamentarios. Para intentar demostrar al españolismo que las lenguas cooficiales no representan ninguna amenaza para el castellano, ha mostrado una lista llena de anglicismos.
"Checking, coaching, moving, selfie, meme, streaming, low-cost, start-up, gap, tracking, breaking...". ¿"Utilizan estas palabras? Y ¿son el catalán, el aranés, el vasco y el gallego los idiomas que amenazan el castellano"?, se ha preguntado. Y lo ha sentenciado con la siguiente frase: "Es bastante probable que muchos de ustedes critiquen al aranés mientras dan un mitin en la sala de coworking, mirando outfits para estrenar en el afterwork".
Minutos más tarde ha llegado el momento que interviniera Míriam Nogueras, líder de Junts per Catalunya en Madrid. Su intervención ha sido cargada de más reivindicación histórica, para recordar el anticatalanismo que han sufrido los habitantes del país durante décadas y siglos. Y para señalar, también, que después de conseguir que en el Congreso de los Diputados se respete el derecho de hablar catalán, toca que el de la autodeterminación sea una realidad. "Pero de eso ya hablaremos en los próximos días", ha avisado.
La cuestión de fondo: el sistema de traducción simultánea ha sido un éxito
Sea como sea, la gran pregunta que quedaba para responder era si se podía tener un debate en el Congreso de los Diputados con parlamentarios hablando en varias lenguas. Y la respuesta es que sí. Porque la infraestructura estaba perfectamente diseñada, los aparatos no han dado ningún problema y los traductores que traducían simultáneamente a diputados catalanes, vascos y gallegos lo han hecho casi a la vez que hablaban los parlamentarios y se ha entendido a la perfección.
La traducción no solo funcionaba por los pinganillos distribuidos en todos los escaños y en las tribunas de la cámara baja. También ha funcionado de forma online. La página web del Congreso de los Diputados permitía seguir la sesión en directo en la versión original, en versión original subtitulada al castellano, o la versión original con la voz de los traductores por encima. La subtitulación al castellano que aparecía a las pantallas del hemiciclo también funcionaba perfectamente.