El accidente de un paracaidista el pasado 12 de Octubre, cuando en pleno desfile el cabo primero Luis Fernando Pozo quedó enganchado en una farola a poca distancia de la tribuna de autoridades ha sacado a la luz el velado enfrentamiento entre dos unidades de paracaidistas, empujados por el prurito de ser protagonistas de la parada militar.
Según avanza El Confidencial Digital, en el trasfondo del accidente se encuentra el soterrado enfrentamiento entre la Brigada Paracaidista (Bripac), perteneciente al Ejército de Tierra, y la Patrulla Acrobática Paracaidista (Papea), integrada en el Ejército del Aire.
Según expertos consultados per el mencionado medio, el accidente se podría atribuir, no al paracaidista en sí, sino al hecho de haber encargado a la Bripac la ejecución del salto. El trasfondo es que hasta 2017 era la Papea la encargada de ejecutar el salto, pero en 2018 el ministerio de Defensa decidió encargárselo a la Bripac, con la supuesta intención de alternar unidades mientras se siguiera con un ejercicio que, ciertamente, tiene más de acrobacia que de maniobra militar, hasta el punto que hay quien duda que la Brigada Paracaidista esté preparada para ejercicios de este tipo.
El caso es que pese a la intención de alternar, este 2019 se volvió a encargar el salto a la Bripac, algo que ha soliviantado a la Papea, que apuntan a rencillas entre cuerpos y al hecho que el actual Jefe de Estado Mayor de Defensa (JEMAD), Fernando Alejandre Martínez, estuvo destinado en la Bripac.
“Alguien se empeñó en que salte la Bripac, para algo que no están preparados”, afirma una de las fuentes citadas, que apunta que la formación en la Bripac y la Papea son diferentes, siendo en la segunda mucho más exigentes con la precisión de los saltos.