Plataforma per la Llengua ha mostrado su apoyo a la exconsellera Gemma Geis, quien exigió hablar en catalán durante un proceso de estabilización de su plaza como profesora agregada a la Universidad de Girona (UDG). Si bien puede parecer una exigencia sin más trascendencia, originó un conflicto, ya que el procedimiento de estabilización era ante un tribunal mayoritariamente castellanohablante, donde algunos de sus miembros reprocharon a la exconsellera que no utilizara una lengua "común", según ha publicado ElNacional.cat. "Tiene todo el derecho de utilizar el catalán al proceso de estabilización", ha tuiteado la entidad, que ha aprovechado para mostrar su apoyo a la exconsellera.
"Tienes todo nuestro apoyo y, por supuesto, ¡nos ponemos a tu disposición!", ha afirmado Plataforma per la Llengua a través de sus redes sociales. La entidad ha aprovechado para recordar que, junto con otras organizaciones, impulsaron la plataforma La Universitat, en catalá. A la página web de esta, se pueden recoger las quejas de aquellas personas que hayan sufrido discriminación lingüística en el ámbito universitario. Solo el primer cuatrimestre del curso 2022-2023 se recogieron más de una cincuentena de quejas y en todo el periodo del curso 2021-2022 el número de quejas superó las 300.
Gemma Geis fue consellera Recerca i Universitats desde mayo de 2021 hasta octubre de 2022. Cuando se rompió el Govern entre Junts per Catalunya y ERC, Geis anunció su intención de reincorporarse a la Universidad de Girona. Justo un año después de su retorno a la institución, se convocó este concurso de estabilización de su posición. Es este proceso de estabilización donde se produce este conflicto lingüístico, en el que Geis reclama expresarse en catalán y se encuentra con reproches de los mismos examinadores.
Más de la mitad de los miembros del tribunal que la tenía que evaluar no hablaba catalán y concretamente dos reprocharon a Geis su actitud. La exconselera no retrocedió e hizo las pruebas en catalán con la ayuda de un servicio de traducción simultánea. Uno de los examinadores llegó a reconocer que la habría podido entender sin el servicio de traducción. La situación es convirtió en un conflicto dentro de la universidad y Geis ha acabado presentando una queja a la Sindicatura de Greuges.