Poble Lliure, corriente de la CUP, propone una estrategia para desplegar la república catalana que pasa por un acuerdo entre las fuerzas republicanas independentistas de cara a las elecciones municipales. El documento 'Estrategia y Acción Republicana. ¿Qué Podemos hacer ahora?' pide evitar "el asalto a las instituciones por parte de los partidos que sirven a la estrategia represiva del Estado" a nivel municipal y autonómico.
Piden que, siempre que sea posible, estas fuerzas "asuman el Govern" desplegando políticas públicas lo más decente posibles dentro del actual marco jurídico-político, afirman. "Necesitamos un acuerdo político entre fuerzas republicanas con este doble objetivo: garantizar alcaldías y gobiernos republicanos, y desplegar políticas de cohesión e igualación social, profundización democrática", entre otras cosas, concreta el documento.
Su estrategia pasa por crear una "institucionalidad republicana soberana, más allá de cómo se acabe articulando el órgano de reconocimiento del Govern efectivo en el exilio".
Una asamblea y un consejo
Estas estructuras deben constar de una Asamblea de Representantes del Pueblo Catalán que sería el órgano de legitimidad democrática y que debería agrupar a representantes electos de los parlamentos catalán, español y europeo, y a representantes municipales.
Además, debería existir un Consell per la República, que sería el órgano ejecutivo de despliegue de la república catalana, que debería agrupar a representantes de partidos y entidades comprometidos con el proyecto republicano y que asuman la coordinación y el impulso de campañas y proyectos.
Desgaste, boicot y no violencia
En el capítulo 'Coordinación de la acción dentro de las instituciones del régimen en una perspectiva republicana', además de los pactos de gobierno, piden seguir una estrategia de "desgaste, boicot y denuncia permanente, en el Congreso y el Senado.
Piden desplegar una política internacional "audaz y multilateral" buscando estrategias comunes con otros pueblos partidarios de la ruptura y buscando aliados políticos, económicos y estratégicos para el reconocimiento de la república catalana.
Recogen una de las demandas que la CUP ha pedido durante los últimos meses -la activación del proceso constituyente- y piden "deshacer la ocupación (del Estado) a través de una lucha no violenta, pero activa" que destacan que están realizando los Comités en Defensa del Referéndum (CDR), y que también animan a crear en otras partes del mundo.
Sobre esa ocupación, llaman a la movilización constante, a la resistencia y desobediencia a las decisiones del ocupante y a la "obstrucción al funcionamiento administrativo y económico del poder opresor".
Plazas del 1-O
En el capítulo 'Acciones de propaganda: denuncia de la ocupación y legitimación de la República' piden activar campañas de denuncia ante lo que consideran una ocupación de las fuerzas militares, policiales, del sistema judicial y de los partidos "abiertamente implicados con esa ocupación".
Así, piden mociones municipales donde se declare persona non grata a todo el que se haya destacado por "acciones represivas contra Catalunya"; acciones de rechazo al régimen monárquico; y poner placas en calles y plazas con el nombre '1 de octubre'.
"El objetivo político de la propaganda tiene que ser el régimen monárquico español corrupto y contrario a las clases populares de Catalunya", exponen, y piden difundir eslóganes como 'Fuera las fuerzas de ocupación', 'Fuera los jueces franquistas', 'La monarquía contra el pueblo', y 'La monarquía contra la escuela', entre otros.