El president Salvador Illa siempre ha manifestado que tiene dos grandes referentes políticos: el primero, el exalcalde de la Roca del Vallès, Romà Planas, que fue su predecesor al frente del municipio del Vallès Oriental; y el segundo, el president Josep Tarradellas. Precisamente, el primero fue delegado especial de Tarradellas, a quien Illa menciona a menudo en sus discursos, lo reivindica y le proyecta simbólicamente. Un ejemplo es el encuentro de este viernes y sábado de su nuevo ejecutivo en el Reial Monestir de Santa Maria de Poblet, una bastión del tarradellisme, y es que el expresident de la Generalitat guardó sus archivos personales y, en su vuelta del exilio, mantuvo una conexión especial.
Si el pujolismo tiene a Montserrat como templo sagrado, el tarradellisme lo tiene en Poblet. Su elección para hacer las primeras 'convivencias' del nuevo ejecutivo tiene una gran carga simbólica. Fundado el año 1150 por el conde de Barcelona, Ramon Berenguer IV, es donde están los restos mortales de centenares de reyes de la corona catalanoaragonesa entre los siglos XIV y XV. Junto con Montserrat, Poblet es un centro espiritual del catalanismo político, y es que descansan los restos deJaume I el Conqueridor, Pere IV el Cerimoniós o Alfons II el Cast. No es menos importante mencionar que entre los archivos del monasterio también se encuentra el legado de Romà Planas Miró, mentor político de Illa y secretario personal de Tarradellas en el exilio.
El vínculo de Tarradellas y Salvador Illa
Precisamente, Illa ha mencionado y reivindicado en más de una ocasión al president Tarradellas. La última vez lo hizo en la carta que envió a sus consellers una vez fueron nombrados como tal. Citando al president Tarradellas en su discurso de investidura, aseguró que "Catalunya no abandonó nunca, ni siquiera en las peores circunstancias, la voluntad de autogobernarse". De hecho, aquí también adjuntó el discurso del president Tarradellas en su toma de posesión de 1977, en el cual reivindicaba el fin del exilio, la implicación de Catalunya en la transformación de España y la voluntad de ser del pueblo catalán, junto con sus instituciones y dirigentes políticos, como Enric Prat de la Riba, Francesc Macià y Lluís Companys.
Y es que además, Illa fue a hacer campaña para las elecciones del 12 de mayo a Cervelló, pueblo natal del presidente Tarradellas. Lo hizo delante de su monumento y acompañado de su nieto, Lluís Tarradellas. Para el candidato de los socialistas, Tarradellas quiere decir "pacto, constancia, perseverancia e incluso, un punto de tozudez".
Asimismo, la composición de su Govern ya tiene de por si una mirada catalanista de raíces tarradellistas. Recoge consellers socialistas de piedra picada, como Alícia Romero o Sílvia Paneque, como también veteranos de la órbita de Convergència i Unió (CIU), como Ramon Espadaler o Miquel Sàmper, así como miembros del 'sottogoverno' de Esquerra Republicana, como Francesc Xavier Vila. Con todo, Illa quiere recoger el simbolismo tarradellista en el monasterio de la Conca de Barberà, ya que también busca ser el presidente de los catalanes más allá del área metropolitana de Barcelona, donde el PSC tiene su principal poder.
¿Para qué tiene que servir el encuentro a Poblet?
El encuentro del nuevo Consejo Ejecutivo tiene que servir para que los consellers se conozcan. Será una reunión a puerta cerrada que se alargará hasta el sábado. Los medios de comunicación podrán tomar imágenes del inicio, pero el ejecutivo no tiene previsto hacer declaraciones para hacer cierre. El sitio lo ha escogido el mismo president Illa y servirá para fijar las "prioridades" del Govern. Aparte de eso, la consellera de Economía i Finances, Alícia Romero, dará cuenta al ejecutivo sobre el calendario de tramitación y aprobación de los presupuestos de la Generalitat para el 2025 después de que haya renunciado a las cuentas de este año.
Además, también tiene que servir para la elaboración del plan de Govern que, en la línea del discurso de investidura del líder socialista, establece tres líneas de actuación fijando como prioridades elementos como la consecución de la financiación singular, el "liderazgo" de Catalunya en la transición verde o la lucha contra la violencia machista. Con todo, el Govern enmarca este plan en la intención del president Illa "de implicarse en la construcción de una España plurinacional y de una Europa de horizonte federal". De hecho, el documento aprobado el pasado martes por el ejecutivo, reconoce Catalunya como una nación "abierta, plural y diversa, que tiene que hacer frente a retos importantes que requieren, para gestionarse de manera exitosa, consensos amplios". "Una Catalunya que se afirma en su voluntad de ser y de convivir, con su propia lengua, el catalán, y con su cultura como columnas vertebrales," dice literalmente el documento aprobado por el ejecutivo socialista.