El programa electoral de Podemos para las elecciones generales del 26 de junio da la espalda al Corredor Mediterráneo, y apuesta, en cambio, por desarrollar el eje ferroviario del Pirineo aragonés.
La "alternativa" pirenaica, como ramal del llamado Eje Central, que conecta a Lisboa con Barcelona a través de Madrid, se planteó en su día desde una visión centralista de las conexiones ferroviarias de mercancías entre la Península y Europa, análoga al el desarrollo radial de la red del AVE, llevada a cabo por los gobiernos del PSOE, primero, y del PP, después.
La apuesta por el eje aragonés aparece detallada en la propuesta número 347 del programa "La sonrisa de un país", con el que los de Pablo Iglesias concurren a los comicios. Bajo el epígrafe "Reapertura de la línea ferroviaria Canfranc-Olorón en el horizonte 2020", se señala:
"Restauraremos y reabriremos la línea ferroviaria entre Huesca y el sudoeste de Francia para facilitar el tránsito de mercancías y viajeros entre España y Francia, lo que conllevará una mejora competitiva y el desarrollo de Aragón como polo logístico".
Cantábrico-Mediterráneo
Las conexiones ferroviarias con el Mediterráneo tan sólo son abordadas en el punto 349 del programa "Ikea" de los podemitas, pero para proponer un nuevo eje que conectaría de nuevo, a través de Aragón, el Cantábrico y Sagunt. Así, bajo el epígrafe "Mejora del corredor ferroviario Cantábrico-Mediterráneo", se apunta:
"Impulsaremos una mejora de las comunicaciones entre el Cantábrico y el Mediterráneo mediante un plan de inversiones en las líneas ferroviarias del trazado Teruel-Zaragoza-Sagunto, para potenciar la capacidad logística de Aragón y las relaciones comerciales entre el norte y el este peninsular".
El Corrredor Mediterráneo es el eje transeuropeo de transporte de mercancías entre Algeciras y la frontera francesa siguiendo la costa andaluza, murciana, valenciana y catalana. Sólo se ha materializado en algunos tramos y excluye por ahora la conexión de alta velocidad para pasajeros entre Valencia y Barcelona.
El olvido de esta infraestructura estratégica en el programa de Podemos es especialmente significativo dada la sintonía política y empesarial existente entre Valencia y Catalunya para que se lleve a cabo, y que se vio reforzada en la última reunión entre los presidentes Ximo Puig i Carles Puigdemont, el 18 de mayo pasado en Barcelona. Ambos acordaron hacer frente común para que el próximo gobierno español detalle las inversiones que llevará a cabo para desarrollar el Corredor.
Se da el caso, además, de que Podemos participa del gobierno de la Generalitat Valenciana a través de su confluencia con Compromís y que En Comú Podem, sus aliados en Catalunya, fue la primera fuerza en las generales del 20D y según la última encuesta del CIS incluso reforzarán con creces esta posición. Tanto es así que el candidato de Podemos, Pablo Iglesias, sólo realizará una visita electoral a Catalunya, precisamente este sábado.
En cambio, la formación morada sostiene en Aragón el gobierno del socialista Javier Lambán, lo que explica en parte su apuesta por el Corredor Pirenaico. El mismo Lambán apoya el Corredor Mediterráneo -así se lo expresó al valenciano Puig- a cambio de la potenciación del eje Zaragoza-Sagunt.
Cuando Iglesias no sabía nada del Corredor
De hecho, no es la primera vez que Iglesias tropieza con el Corredor Mediterráneo. En mayo del 2015 reconoció en una entrevista con Jordi Basté en RAC1 que no sabía nada de este eje, lo cuál generó una intensa polémica habida cuenta de la condición de euodiputado del líder podemista en aquel momento. Iglesias no estuvo demasiado acertado aquél día. También dijo desconocer si se podía hablar de unidad lingüística entre los territorios de habla catalana.
La Comisión Europea denegó en marzo del 2012 la inclusión del Eje Pirenaico en el plan de redes prioritarias en contra de las pretensiones del gobierno de Mariano Rajoy, análogas a las del programa de la formación morada. La razón de los responsables europeos es que el corredor pirenaico requiere la realización del túnel fronterizo de Canfranc, cuyas obras tardarían más de 20 años en estar concluídas, mientras que la red básica europea debe estar operativa en el 2030.
De hecho, la estrategia del gobierno de Aragón, y así se lo expresó Lambán a Ximo Puig en su última reunión en Valencia, pasa por dar apoyo al Corredor Mediterráneo a cambio de la inclusión entre las prioridades de Europa del tramo ferroviario Zaragoza-Sagunt con la esperanza de desbloquear el túnel de Canfranc.