La Constitución española establece que la moción de censura debe ser constructiva. Quien la promueve debe contar con el respaldo de al menos la décima parte de los Diputados y presentar sus propios programa y candidato a la presidencia del gobierno. Conclusión: una moción de censura se presenta solo cuando se dispone de los votos suficientes para ganarla. Esto es verdad, pero a medias. Las dos mociones presentadas en la historia de la democracia de 1978 no tuvieron en cuenta la aritmética parlamentaria. Sirvieron para denunciar una práctica de gobierno determinada o como escaparate de una alternativa al gobierno.
Como la que proyecta presentar Pablo Iglesias, que seguramente piensa más en dejar en evidencia al PSOE, obligándolo a ponerse al lado del PP, y presentar a Podemos como la única oposición real. Vistiendo americana y todo.
La primera moción de censura la presentó el PSOE contra el gobierno de Adolfo Suárez (foto) y Unión del Centro Democrático (UCD) el 30 de mayo de 1980. El candidato socialista a la presidencia era Felipe González. La moción fue defendida por Alfonso Guerra y refutada por Rafael Arias-Salgado en nombre de la mayoría gubernamental.
Tras veinte horas de debate, la moción fue rechazada por escaso margen. Votaron en contra los 166 diputados de UCD, que se quedaron solos. Se abstuvieron 21 diputados: nueve de Coalición Democrática (hoy PP), siete de Minoría Catalana (CiU) y uno de Unión Nacional (extrema derecha), del Partido Aragonés Regionalista, de Unión del Pueblo Navarro y dos del Grupo Mixto. A favor de la moción votaron 152 diputados: 120 socialistas, 23 del PCE y uno de ERC, Euskadiko Ezkerra y Unión del Pueblo Canario, y dos del Grupo Mixto.
Adolfo Suárez logró superar la moción de censura, pero su imagen quedó muy deteriorada, puesto que el debate fue televisado en directo por TVE. La gente pudo ver cómo Suárez ni salía a la tribuna. Los socialistas no contaban con vencer, pero su operación dejó muy tocado a un ya débil Suárez, que dimitió el 29 de enero de 1981, sin el apoyo de su partido, ni de la Corona, ni de los poderes fácticos de la época.
Momento AP
La segunda moción de censura fue de signo contrario y motivos parecidos. La presentó Alianza Popular el 23 de marzo de 1987 contra el gobierno socialista de Felipe González, que disponía de mayoría absoluta en el Congreso.
Era una moción condenada al fracaso: se planteó para presentar en público al nuevo líder conservador, Antonio Hernández Mancha, que un mes antes ni era diputado. Defendió la iniciativa el diputado popular Juan Ramón Calero.
La moción fracasó estrepitosamente. Los populares de entonces obtuvieron 67 votos a favor (AP y Unión Valenciana) y 195 en contra (PSOE, Izquierda Unida, PNV y Euskadiko Ezkerra) y 70 abstenciones (CDS, Convergencia i Unió, Partido Aragonés Regionalista, entre otros).