El Congreso ha sufrido este jueves un dejà vu reversionando el largo año de ingobernabilidad que se vivió en España durante el 2016. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha propuesto articular una mayoría para presentar una moción de censura al presidente del Gobierno Mariano Rajoy ante el deterioro de la situación política por la corrupción del Partido Popular. Así las cosas, el PSOE se ha cerrado en banda y ha denunciado que Iglesias llegaba tarde, pues esta era la apuesta que ofrecieron los socialistas con el exsecretario general Pedro Sánchez, y los podemitas se negaron.
"Empezamos encuentros y trabajos para presentar una moción de censura a Mariano Rajoy", ha manifestado Iglesias en una comparecencia de prensa urgente, acompañado de Xavier Domènech (En Comú Podem) y Alberto Garzón (IU), entre otros. La cuestión es que Iglesias se habría puesto en contacto con el PSOE diez minutos antes de aparecer ante los medios, cosa que el portavoz Antonio Hernando ha denunciado. Por su parte, Domènech habría llamado esta misma mañana a la coordinadora del PDeCAT, Marta Pascal, para avisarla. Y al PNV se le habría avisado también minutos antes a través de un SMS.
Pero la moción tiene pocos números de prosperar, porque en España son constructivas; es decir, que para que prosperen, hace falta que un candidato alternativo alcance la mayoría suficiente. Actualmente, el PP cuenta con 137 escaños, el PSOE 85, Unidos Podemos 71, Ciudadanos 31, ERC 9, PDeCAT 8, PNV 5, EH Bildu 2. En consecuencia, se requeriría los votos positivos del segundo y el tercero, además de la abstención de Cs y el voto positivo del PNV, o el voto positivo o abstención de los vascos y/o los independentistas catalanes, que mantienen, según el portavoz de ERC, Joan Tardà, el referéndum como prioridad.
Por su parte, los socialistas exhiben el malestar candente por el fracaso de Sánchez y la crisis que abrió el partido en canal. "Es la misma mala fe y falta de rigor", ha dicho Hernando, recordando que hace un año Iglesias ofreció rueda de prensa donde situó a Sánchez presidente y se adjudicaron para sí mismos la vicepresidencia, varios ministerios y el CNI. Más tarde, sin embargo, los podemitas votaron en contra del pacto entre PSOE y Cs para hacer al exsecretario general presidente. Finalmente se tuvieron que repetir las elecciones y el comité federal socialista aprobó la abstención para Rajoy.
Sin embargo, los socialistas se encuentran en medio de un proceso de primarias y buscan ser cuidadosos ante la posibilidad de dar alas a Pedro Sánchez. Este ha pedido la dimisión de Rajoy en las últimas horas y Hernando dice que el PSOE "ya lo pidió hace tres años y no se ha cambiado de opinión". Ahora bien, prefieren vehicular la fiscalización y citación a Rajoy a través de la comisión de investigación a la caja B del PP, que podría estar constituida el 4 de mayo, según ha dicho el portavoz. Aquí tiene apoyo de Cs, quien tampoco romperá el pacto de investidura con el PP.
La contradicción emerge cuando el PSOE no descarta alguna conversación futura con Podemos, cosa que comparte el PDeCAT. "Está bien vivir en la sorpresa permanente, pero hace falta ser serios y hablar cara a cara", ha asegurado el nuevo portavoz Carles Campuzano. Tampoco lo descarta el portavoz del PNV, Aitor Esteban, quien ha dicho que lo hablarían con los de Iglesias al mediodía. Esteban ve un afán de protagonismo en la formación morada, que puede derivar en reforzar a Rajoy, si no se supera la moción –porque los podemitas la mantendrán sí o sí–.
Pero el jeltzale se ha quedado contra las cuerdas, ya que la próxima semana es la primera votación de los presupuestos generales del Estado. Esteban dice que a día de hoy votarían que no, pero hace semanas se especula que ya habría un acuerdo avanzado por el sí. Así lo dijeron fuentes de Hacienda a El Nacional, afirmando que "había una agenda secreta de reformas" que lo garantizaría. Incluso, el PP ayudó al PNV y al PSOE en Euskadi a sacar adelante el presupuesto autonómico. Ahí el portavoz popular Rafa Hernando lo descubre, exhibiendo tranquilidad por la votación.
Mecanismo y precedentes
Los populares, sin embargo, respiran tranquilos. Tienen de su lado la aritmética, y el desacuerdo de la oposición, pese a que según Iglesias el comportamiento del PP sea "parasitario" y una urgencia "sacarle de las instituciones". Por eso, Hernando ha alentado al podemita a dar el paso, pues tiene 71 diputados y la Constitución de 1978 establece que una moción de censura tiene que ser propuesta al menos por la décima parte de los mismos, es decir, por 35 parlamentarios, y tiene que incluir un candidato a la presidencia del Gobierno, además de un programa.
Precisamente, durante la reciente etapa democrática se han presentado dos mociones de censura y las dos han sido rechazadas: en 1980, el PSOE presentó una contra Adolfo Suárez pero el candidato, Felipe González, no recibió el aval de la Cámara, y 1987, Alianza Popular, con Antonio Hernández Mancha como aspirante, hizo lo mismo contra González, pero tampoco salió adelante.