Pablo Iglesias ha revalidado el liderazgo al frente de Podemos y, en la misma jugada, ha cerrado el debate sobre cuál tiene que ser el rumbo del partido. Como mínimo, a medio plazo. Después de meses de luchas entre pablistas y errejonistas, la asamblea ciudadana de Vistalegre II ha desplazado al hasta ahora número dos del partido, Íñigo Errejón.
Iglesias planteó Vistalegre II como un plebiscito a su liderazgo –"o gano todas las votaciones o lo dejo"- y los inscritos en la asamblea se han inclinado mayoritariamente por todas las propuestas -listas de consejeros ciudadanos y documento político, ético, etc.- formuladas por el equipo de Pablo Iglesias, en una proporción del 60%.
Aun así, cabe remarcar que en Vistalegre I las propuestas de la candidatura de Iglesias obtuvieron el 80% de apoyo.
Errejón controla un tercio del partido
Entonces, Íñigo Errejón formaba parte de la candidatura de Iglesias. Ahora, su propuesta -consejeros y documentos programáticos- ha obtenido en torno a un 30% de apoyo. Una lectura alternativa de los resultados sería que, ante el plebiscito planteado por el fundador del partido, un 40% de los seguidores le han dado la espalda: un 30% ha escogido a Errejón y un 10% a los anticapitalistas de Miguel Urbán y Teresa Rodríguez.
¡"Unidad y humildad hasta la victoria"!
Una de las consignas que más se ha oído este fin de semana en el pabellón de Vistalegre es la de unidad. Los asistentes la han pedido a gritos reiteradamente; sobre todo las pocas veces en que Iglesias y Errejón se han acercado.
En su primera intervención una vez reelegido, Iglesias se ha comprometido a hacer suyo el mandato de los asistentes. "¡Unidad y humildad hasta la victoria"!, ha exclamado.
Recoser el partido
El reto inmediato de Iglesias es recoser el partido y rebajar la tensión entre los sectores. Iglesias dijo el sábado que contaba con Urbán y Errejón, sin embargo, más allá de las caras visibles de las hasta ahora candidaturas rivales, habrá que ver cómo se reestructuran los segundos y terceros grados de la estructura del partido. Es decir, los asistentes y cargos intermedios de la órbita de Errejón.
Con toda probabilidad, Iglesias integrará a los anticapitalistas de Urbán para conseguir más estabilidad y aislar políticamente al círculo de Errejón que defiende un discurso más moderado para ampliar la base social y hacerse con el control de las instituciones.
Este mediodía, Errejón asumía los resultados, que definía como la demanda de los podemitas de "unidad y pluralidad": "Nos han dicho que tenemos que ir juntos y unidos. Desde el lunes mismo, nos tenemos que poner a trabajar".
Errejón se ha puesto a disposición de la nueva dirección y ha dicho que aceptará el rol que le asignen en el partido y el grupo parlamentario donde es el portavoz. "Es el Consejo Ciudadano el que tendrá que tomar decisiones y tendrá que definir la posición que tenemos cada uno de los miembros".
Desde la candidatura ganadora de Pablo Iglesias, su mano derecha, Irene Montero, ha querido garantizar que en la estructura de la nueva dirección de Podemos, Errejón "seguirá teniendo un papel fundamental", y ha remarcado, también, el mensaje "de unidad" que ha sido un clamor constante durante toda la asamblea.
Por último, desde las filas anticapitalistas, Miguel Urbán ha querido hacer un llamamiento similar, subrayando que en Vistalegre ha quedado claro que "no hay enemigos internos". "Se tiene que desterrar toda lógica de vencedores y vencidos. Ha ganado Podemos", ha dicho, y ha añadido que no quiere que "nadie, ni Errejón ni nadie" se aparte del proyecto ni se le arrincone.