La lengua catalana ha sido el eje central de la actualidad política de esta semana. El martes, el Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea abordaba por primera vez un escenario insólito hasta el momento: la petición para convertir el catalán en la 25.ª lengua oficial del club comunitario. Los titubeos y reticencias de los países, siendo Suecia y Finlandia los que más claramente expresaron estas dudas, llevaron a José Manuel Albares (ministro de Asuntos Exteriores en funciones del Gobierno) a retirar del orden del día la votación para que el catalán, el euskera y el gallego sean lenguas oficiales en las instituciones europeas. A pesar del aplazamiento de la cuestión, desde múltiples entidades y las formaciones soberanistas se insta a seguir negociando e informando puntualmente a los estados con el objetivo que la oficialidad pueda salir adelante. Una de las que trabaja en esta línea es Plataforma per la Llengua, que sitúa el horizonte en el 24 de octubre, fecha en que se tiene que volver a reunir el Consejo de Asuntos Generales.
A lo largo de los últimos días, han intensificado su campaña 'Say Yes' para convencer a los países —hace falta que los 27 voten favorablemente para que prospere— de la importancia primordial de la oficialidad del catalán, a través de reuniones diplomáticas a varios niveles con estos estados, con impactos de índole diversa en los medios o vídeos de personalidades destacadas como Pep Guardiola, Joan Laporta o Sergi López pidiendo y argumentando la relevancia de este 'sí'. Detrás de esta campaña a favor de la oficialidad del catalán en la UE está Pol Cruz-Corominas, que es el coordinador y responsable de la misma. El pasado lunes, se reunió con el embajador permanente español en la UE, Marcos Alonso, para proporcionar todos los argumentos necesarios para el cónclave del día siguiente. Ahora, la propuesta del Gobierno de priorizar la lengua catalana podría ser la solución. Y es que, en opinión de Cruz-Corominas, el momento es clave: ahora se reúnen tres ingredientes que no se repetirán.
¿Qué lectura hace del aplazamiento de la votación de la oficialidad del catalán en la Unión Europea?
Nosotros insistimos en que se podía proporcionar toda la información que los estados querían y convencerlos para que la decisión se tomara el martes. Al final, esta es una petición que se hizo el 17 de agosto y, por lo tanto, intentamos insistir en el hecho de que hacía falta que el voto saliera el martes. En cualquier caso, se acaba decidiendo posponerlo sin que haya ningún país que lo vete y, además, con una propuesta por parte de la delegación española de dos velocidades con la cual el catalán pasa primero, por así decirlo, que valoramos positivamente porque creemos que puede ayudar a desencallarlo el 24 de octubre. Entonces sí que es cuando creemos e insistimos en que es cuando se tiene que hacer esta votación, no ir más allá, y que ya no habrá este argumento de los estados que no ha habido suficiente tiempo para recibir la información si el Gobierno la proporciona —que se está pidiendo—. Por lo tanto, esto se tiene que votar el 24 de octubre.
En opinión de Plataforma per la Llengua, ¿el Gobierno ha dado todos los pasos que tendría que haber dado hasta el día de hoy?
Nosotros consideramos que se tendría que haber proporcionado toda la información. Cuando detectamos esto poco antes es cuando empezamos a enviar más información y nos reunimos con las delegaciones, y cuando pedimos esta reunión de urgencia con la representación española ante la Unión Europea para aportar argumentos. Vimos al embajador que tenía argumentos —no estamos diciendo que no hubieran aportado ninguno—, pero hacíamos insistencia en el hecho que si los estados pedían más, pues que no se les diera razones para posponerlo. Y también ponemos énfasis en otro aspecto que se le dijo a la representación española, que es que si hay algún estado que no solo quiere argumentos sino que está negociando otras cosas, que el Estado español negocie con la condición que —a veces— las relaciones entre los estados funcionan así, a través de negociaciones.
En esta reunión con el embajador el pasado lunes, ¿detectaron que se marcara algún límite por parte de la delegación española?
No. Nosotros lo que les dijimos es que tenían que convencer a los estados y que tenían que utilizar sus habilidades para negociar y convencerlos. Por eso, leemos positivamente el hecho de que ellos hagan esta propuesta a dos velocidades que, si hubiera sido un límite el hecho de no poder hacerla, eso sí que nosotros nos habría parecido que no era aceptable. Si están dispuestos a hacer esta propuesta para desencallarlo, nos parece que es una noticia positiva e insistimos: hace falta que negocien. No encontramos ningún límite en concreto y nosotros insistimos en que no hubiera límites.
¿Puede desbloquear, pues, esta propuesta de ir a dos velocidades la oficialidad del catalán el día 24?
Sí. Si el posicionamiento de los estados es decir que, si tienen que ser tres, no son ninguno —fruto de la propuesta española todo apunta a que podríamos haber estado en este escenario y nosotros por las reuniones que habíamos tenido también teníamos estas sospechas—, y esto lo desencalla, nos parece una buena solución. Si el tema tiene que ser una sí primero y las otras dos después porque, si no, será que ninguna, pues adelante. El ministro dijo que quien ha puesto más insistencia son los catalanes. La oficialidad no se había solicitado hasta que no son necesarios los partidos catalanes para la Mesa del Congreso y, por lo tanto, es justo que esta propuesta de la oficialidad no quede obstaculizada sencillamente porque sea un tema que si tienen que ser tres, no es ninguno.
Si se tiene que hacer oficial el catalán primero porque, si no, no lo será ninguno, adelante. No puede salir, sin embargo, del perímetro de la investidura porque no sabemos si, sin incentivos para la investidura, el Gobierno llegaría hasta el final
¿Por qué el 24 de octubre? ¿Por qué esta fecha?
Nosotros sí que creemos —es una evidencia— que el Gobierno no ha hecho esto por iniciativa propia. Nosotros empezamos una campaña en febrero impulsando un manifiesto por la oficialidad con otras entidades muy transversales para pedir al Gobierno que la solicite, y el Gobierno no lo hace. Seguimos haciendo lo mismo cuando sumamos adhesiones como el Barça en este manifiesto, y el Gobierno no lo hace. Por lo tanto, no es una cosa que el Gobierno haya hecho por voluntad propia: lo ha hecho empujado por las condiciones políticas. Lo haya hecho por la razón que lo haya hecho, lo celebramos, pero es muy evidente que es por la presión política que ha recibido. A partir de aquí, creemos que no puede salir este tema del perímetro de la investidura porque, sino, no sabemos si sin estos incentivos para la investidura el Gobierno llegaría hasta el final. Lo desconocemos. ¿Quizás sí porque ahora ha llegado muy lejos? Bien, pero no tenemos esta certeza. Por lo tanto, tienen que tener la presión política encima para acabar de dar los pasos y tienen que dar garantías antes del 24 de octubre.
La presidencia rotatoria que tiene España en la UE es hasta finales de año. ¿Tienen la sensación que es ahora o nunca?
Es ahora o nunca. La alineación de los astros que se ha producido ahora no se volverá a producir. Hay tres cosas que no se repetirán: un momento en que España tiene la presidencia rotatoria —que pasa una vez cada 13 años—, un momento en que hay elecciones anticipadas durante la presidencia rotatoria, y un momento en que todos los partidos catalanes son necesarios porque, sino, el candidato a la presidencia española no es presidente —por lo tanto, aquí hay una fuerza de negociación importante por parte de Catalunya—. Y este paso que se ha forzado a hacer al Gobierno era un paso que se nos decía que era imposible. Muchas veces decían que no pasaría nunca. Pues bien, al final hay que pensar qué es más fuerte: el deseo de Pedro Sánchez de ser presidente o el desinterés del PSOE por el tema de la oficialidad que había demostrado hasta la fecha —porque no lo había pedido—. Quizás el interés de Pedro Sánchez para ser presidente es más fuerte que el segundo, ¿verdad? Por lo tanto, quizás tienen incentivos en que esto salga adelante. Es muy difícil volver a generar un escenario en el que haya justo estos incentivos y, además, tengan ellos la potestad de fijar el orden del día de las reuniones del Consejo —y teniendo esta ascendencia sobre los otros estados miembros porque tienen la presidencia rotatoria en marcha—. Ahora es el momento.
Ahora es el momento, hay tres cosas que no se volverán a producir juntas: España tiene la presidencia rotatoria de la UE, hay elecciones anticipadas durante esta presidencia y los partidos catalanes son necesarios para la investidura
Días antes del debate que hubo, algunos estados habían expresado reticencias relativas a cuestiones jurídicas, normativas o económicas. ¿Hay realmente escollos técnicos insalvables?
Ningún estado ha dicho que sean insalvables, y nosotros estamos explicando desde hace meses con vídeos de campaña y con informaciones que les hemos trasladado de acuerdo con lo que han explicado expertos en el régimen lingüístico europeo —profesores de la Universidad Libre de Bruselas o profesores de la Universitat de Barcelona— que no hay un impedimento legal a la oficialidad del catalán y que ponen en cuestión la opinión de los servicios jurídicos del 2004, en que decían que para ser una lengua oficial antes hace falta ser una lengua mencionada en los tratados. Esta opinión de los servicios jurídicos ha recibido respuesta por parte de estos expertos, y no es clara porque en ningún sitio se establece que eso tenga que ser así. Entonces, nosotros lo que pedimos al Gobierno es que lo razone jurídicamente a estos países —porque a veces pedir informes jurídicos para la única cosa que sirve es para ganar tiempo o para acabar encontrando una excusa que te permita no hacer aquello que no quieres hacer a partir de una opinión que dice que no es legal—. Insistimos en que expliquen que no hay inconvenientes legales. El Gobierno, de hecho, ha hecho un gesto que valoramos positivamente, que es que en su propuesta de enmienda del reglamento —y nosotros estamos de acuerdo— hace mención de un artículo, a un concepto, que no estaba presente en el Tratado de Niza cuando en el 2004 el Consejo se posicionó sobre este tema, sino que es un artículo nuevo que lo que quiere es ser más inclusivo para las lenguas que no están mencionadas en los tratados. Incluso no habiendo base legal explícita en el 2004, que es lo que estos profesores han criticado, ahora se suma este otro argumento. Así pues, más refuerzo a que no hay un impedimento legal.
Visto lo que pasó el martes, ¿cuáles son los países que, hoy por hoy, siguen con más dudas?
Parece que no hay duda de que Suecia y Finlandia son dos de los grandes que presentan dudas. Quizás Finlandia a rebufo de Suecia, porque el primero que se posiciona claramente es Suecia y, poco después, sale Finlandia. Quizás Finlandia lo hace más con la boca pequeña y Suecia lo hace de manera clara, si nos fijamos en los matices de las comunicaciones que han hecho cada uno de ellos. En algunos casos, se ha publicado también que Dinamarca. Es posible que los países nórdicos o que tienen electorados más sensibles al tema presupuestario —si es que este tema es un argumento a combatir— sean los que puedan tener más reticencias.
Con gobiernos de índole diversa, de colores muy diferentes por toda Europa, se había llegado a especular con que Italia podría haber votado que no al debate por la conexión de Georgia Meloni con Vox. ¿Hasta qué punto hay esta relación de la ideología para condicionar decisiones? ¿Hasta qué extremo es real?
Aquí es donde hacemos valer lo que le decimos al Gobierno, que es que negocie con los estados porque los países negocian de tú a tú, y cuando las relaciones son entre los estados, este tema de la ideología queda un poquito aparte. Todos hemos visto a la primera ministra de Italia, Georgia Meloni, en un mitin de Vox, pero cuando pasa a ser la primera ministra, poco después hace un encuentro con Pedro Sánchez y son tan amigos. Una cosa es estar en campaña y tener amigos y familia política, pero cuando se trata de relaciones entre los estados, después negocian de tú a tú los intereses que les convienen. Y este es nuestro punto fuerte: la ideología está muy bien, pero las relaciones entre los estados queda a veces en un plano más secundario y realmente lo que prevalecen son los intereses recíprocos.
¿Cómo valora el hecho de que el ministro de Asuntos Exteriores de Finlandia hiciera unas declaraciones en catalán para expresar su opinión sobre la oficialidad?
Estamos contentos porque creemos que, en parte, valida el trabajo que nosotros hemos intentado hacer con la campaña del 'Say Yes'. Ya habíamos hablado con representantes de Finlandia. Son, de hecho, de los que han sido más receptivos con nosotros y la intención del 'Say Yes' que teníamos cuando pusimos en marcha esta campaña era que los estados —que quizás inicialmente les llegaba este tema sobre la mesa pensando que sería un voto más, casi un trámite—, es que les queríamos explicar que ojo, porque aquí había una cosa grande entre manos. Es decir, que su voto no pasaría por debajo del radar, sino que su voto sería seguido muy atentamente y el posicionamiento que ellos adoptaran por un tema muy sensible para nosotros como es la lengua, por un tema muy sensible para el mercado catalán —donde ellos muchas veces tienen intereses—, que supieran que su voto sería conocido y no pasaría desapercibido. Cuando el ministro finlandés sale con el gesto hablando en catalán, nosotros lo entendemos como que han tomado conciencia que tienen que ir con cuidado con este tema, que es lo que nosotros buscábamos con el 'Say Yes'. Con toda la diplomacia del mundo y de la manera más simpática posible, eso es lo que les queríamos explicar, y este gesto del ministro finlandés nos hace pensar que esta idea que teníamos ha conseguido su objetivo y por eso queremos continuar adelante.
Cuando el ministro finlandés hace las declaraciones en catalán, creemos que han tomado conciencia que tienen que ir con cuidado con este tema: su voto será seguido atentamente
Entrando específicamente en la campaña del 'Say Yes', ¿cómo se desarrolla la idea?
La campaña surge de manera natural cuando conseguimos el primer objetivo que nos habíamos fijado en la campaña de la oficialidad, que se empieza a pensar en el 2022 de cara a este año, que es cuando iniciamos el primer paso necesario para que el catalán fuera oficial. Por eso empezamos con un manifiesto exigiendo al Gobierno que pida la oficialidad. Hacemos actos antes de que empiece la presidencia rotatoria en que se pide que el Gobierno pida la oficialidad. Incluso cuando hay elecciones anticipadas insistimos que Pedro Sánchez, independientemente del resultado de las elecciones, será presidente de nueve de las reuniones del Consejo Europeo y le pedimos que aproveche estos encuentros para hacerlo. Cuando se produce este primer paso el 17 de agosto —el Gobierno lo pide—, la campaña tiene que cambiar porque damos un salto a la segunda fase, que es que ahora los estados lo tienen que aceptar. Entonces, es cuando decimos qué hay que hacer para que los estados lo acepten. En primer lugar, que noten cierta presión (en el buen sentido de la palabra) que están siendo observados, y aquí es donde toma sentido el 'Say Yes', porque es la petición directa de decir que digan que sí y somos millones de personas que estamos pendientes de que digan que sí.
Desde el 17 de agosto —que es cuando el ministro Albares registra la petición en el Consejo de Asuntos Generales— hasta el 19 de septiembre —que es cuando se produce el primer debate—, ¿cuáles son los pasos que hace Plataforma per la Llengua desde una vertiente más diplomática?
Se han hecho todo tipo de comunicaciones para hacer llegar el mensaje por todos los medios en estos países. Empezamos de manera muy discreta, sin ni siquiera decir que estamos intentando establecer estas relaciones porque queremos evitar contracampañas, y no hacemos público nunca en ningún momento de manera inmediata con qué interlocutor hemos hablado para evitar eso, pero se intentan establecer estos contactos. A la única persona que le hemos puesto nombres y apellidos es al embajador español cuando hacemos esta reunión de urgencia el día antes del debate.
En los últimos días hemos visto a Pep Guardiola, Joan Laporta o Sergi López haciendo vídeos para dirigirse a países como Francia o Suecia animándolos a votar favorablemente a la oficialidad del catalán en la UE. ¿Cómo surge la iniciativa?
La iniciativa surge de pensar cómo podemos llegar a esta gente y al exterior. Emergen estas dos ideas: una, hacer una campaña de publicidad intensa a los medios estatales de estos países más sensibles y también a medios europeos como Euronews o Politico. En el caso de los anuncios a los medios estatales, para hacer un gesto de llamarles la atención, hacemos los anuncios en su lengua. Aprovechamos para explicar esta campaña a los contactos que nosotros tenemos de estos países, que empiezan a ver que hay gente que se está movilizando por esto y empiezan a tomar conciencia que, si eres un poco responsable, no quites el ojo de ver qué está haciendo esta gente con los medios de tu país. Y el segundo paso es cómo podemos acelerar todavía más este impacto internacional. Nos imaginamos que si el entrenador del Inter hace un mensaje público dirigido a Pedro Sánchez, seguro que los medios españoles irían llenos de que el entrenador del Inter se está dirigiendo a Sánchez, por poner un ejemplo. Por lo tanto, necesitamos a esta gente con visibilidad en el exterior que se dirijan en primera persona al primer ministro de su país.
¿Cuáles son los siguientes pasos en esta nueva fase del 19 de septiembre hasta el 24 de octubre desde la campaña 'Say Yes'?
Como el éxito de algunas de las acciones tienen una parte de factor sorpresa, lo que estamos haciendo es pensar en acciones que todavía no podemos hacer públicas. Pero en la misma línea, siempre es el mismo objetivo, que es hacer tomar conciencia al exterior que aquí hay millones de personas que están pendientes de ellos, y ello es lo que trabajaremos, más allá del trabajo diplomático que mantendremos con toda la gente con quien hemos podido tener contacto para que no pierdan la presión de saber que hay gente pendiente de su voto.
Imaginemos que el 24 de octubre se somete a votación esta cuestión y algún país vota que no. En consecuencia, la cuestión no sale adelante porque se tiene que validar por unanimidad. ¿Qué entiende Plataforma per la Llengua que tendría que hacer el Estado entonces?
Lo que tendría que hacer el Estado es trabajar antes. ¿Algunos estados piden más argumentos? Que se les aporten para que no haya ninguna excusa en forma de argumento genuino sobre la cuestión. Si algún estado está negociando varias cosas a la vez —tú pides eso y yo te estoy pidiendo otra—, lo que tiene que hacer el Estado español es negociar. Por esto nosotros siempre hemos dicho que lo responsabilizamos del resultado, y que a la vez si lo que necesitan son argumentos, si lo que necesitan son campañas como las del 'Say Yes' para empujar, nosotros no tenemos ningún problema. Estamos a disposición de ello.
Si una respuesta negativa del Consejo de la Unión Europea a la oficialidad del catalán fuera una respuesta administrativa, se podría elevar al Tribunal de Justicia de la UE
Sigo con el eventual caso en el que la propuesta no sale adelante. ¿Podría el Estado español elevar el rechazo al Tribunal de Justicia de la Unión Europea?
Hay dos situaciones. Si la respuesta del Consejo de la Unión Europea fuera una respuesta administrativa, se podría elevar. Si tan solo es la opinión de los servicios jurídicos, pues es solo una opinión. ¿Pero qué pasa con esta opinión? Que puede servir de excusa a los otros, y esta no se podría elevar. Entonces, nosotros en lo que insistimos es que si eso es solo una opinión, esta se tiene que superar; o directamente el Estado español tiene que argumentar jurídicamente para que esta opinión no sea necesaria y no haya alguien que esté tentado a tener una excusa para no aprobar la oficialidad del catalán.
El martes se pudo hablar por primera vez en catalán, aranés, euskera y gallego en el Congreso de los Diputados. ¿Qué valoración hace?
Hacemos una valoración favorable en el sentido que se normaliza una situación que era anómala, que es que no se podía hablar en catalán o en estas lenguas en un Congreso que, en teoría, tiene que ser representativo de todos sus ciudadanos. No puede ser de otra manera. Y en relación con el tema de la oficialidad, también lo valoramos positivamente porque, aunque parezcan temas inconexos, uno de los argumentos de los estados en contra de la oficialidad y que nosotros hemos percibido que estaba en las conversaciones es: no me vengas a pedir a mí lo que España no esté haciendo en su casa. Entonces, eso nos ha ayudado a explicar y decir que sí que lo está haciendo en su casa. Aquí hemos desactivado un argumento que se estaba repitiendo entre los estados miembros. Por lo tanto, es coherente en el sentido de ayudar de manera lateral, y ayuda a la cuestión de la oficialidad.
La oficialidad del catalán en la UE puede tener varios beneficios, ¿pero cuál destacaría en concreto?
Para mí, el tema de poder pedir que todos los productos alimenticios en Catalunya sean etiquetados en catalán me parece que es un beneficio muy claro y eso podría pasar una vez el catalán fuera oficial. Si puedo decir uno genérico, es sobre todo el círculo virtuoso que genera en favor de la lengua para no entrar en una espiral de desprestigio o desconsideración en el que a veces ha habido temores de entrar. Si el catalán es oficial, pasa a ser necesario en muchos ámbitos, pequeños ámbitos de sectores económicos en los cuales la normativa europea te permite exigirlo, como es por ejemplo el del etiquetado. Por lo tanto, el catalán pasa a ser una lengua más necesaria en muchos ámbitos profesionales, más útil, vinculada al prestigio y un ascensor social, porque es una competencia laboral que te abre puertas. Y es muy importante crear este círculo virtuoso en favor de conocer el catalán para que más gente lo quiera aprender y lo respete, directamente.
Uno de los argumentos de los estados en contra de la oficialidad era que no les pidiéramos aquello que España no hacía en su casa. Con el uso del catalán en el Congreso, hemos podido desactivarlo
¿Puede, también, contribuir a limitar o revertir el retroceso del uso social de la lengua?
Todo lo que sea fortalecer el prestigio, todo lo que sea fortalecer la necesidad, todo lo que sea fortalecer que te abra puertas a escala laboral, rema a favor de revertir esta emergencia lingüística. Por eso nos parece que la oficialidad no es una medida menor, sino que es un tema que va mucho más allá de poder expresarse en catalán en las instituciones europeas y en el Parlamento Europeo —que también está bien—, pero que sobre todo en lo que impacta es en crear este círculo virtuoso a favor de su uso y que es lo que más nos interesa a nosotros.