Guillem Padilla ha pasado de ser un anónimo conocido como el 'chico de la sudadera naranja' a ser juzgado esta semana por las protestas contra la sentencia del 1-O. Hasta ahora, sus padres, su abogada o él mismo por carta habían explicado el calvario que vivió en la jefatura de la Policía Nacional en la Via Laietana de Barcelona, pero ayer dio todos los detalles en primera persona en una entrevista en TV3.

Padilla fue detenido cuando la policía cargó contra los manifestantes por la sentencia del Tribunal Supremo a los líderes independentistas del procés. Era en octubre del 2019 y el protagonista en cuestión tenía sólo 16 años, vestía con la famosa sudadera naranja y las imágenes de su detención cuando estaba sentado en el suelo se hicieron virales.

 

El momento que no se vio y Padilla ahora ha hecho el relato, es el que vivió, según explica, dentro de la jefatura. Hasta ahora, habían asegurado que recibió humillaciones de todo tipo y ahora da los detalles: "En Via Laietana, entro con la cabeza mirando al suelo, sólo llegar recibo un par de galletas por parte de los policías y me dicen justo entrar que me arrodille mirando hacia la pared y en ningún momento me gire para mirar qué hay a mi alrededor. En un momento, por mi instinto, me giro un par de veces y puedo ver cómo un policía nacional tenía un cuchillo en la mano y en el otro mi mochila. Yo, entonces, ya sabía que había otros casos anteriormente que se habían encontrado objetos de otros detenidos que no eran suyos. Y dije 'por favor no pongáis objetos en mi mochila porque me puede llevar muchos problemas'. Después no se encontró nada pero me sorprendió. Me giraron la cara de una bofetada y me dijeron 'que te calles niñato'. Estuve entre diez y quince minutos arrodillado y me vino un policía y me cogió por la oreja y me dijo 'cuando vuelvas a girarte té arranco la cabeza'".

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Captura de pantalla de la entrevista de Guillem Padilla ayer en el FAQS de TV3

Además, también asegura que agentes de la policía nacional lo insultaron por sus ideas políticas: "Pasé muchísimo miedo. En el momento que estaba detenido recibí más de una burla. Dentro de la jefatura me dijeron cosas tipo 'puto independentista de mierda' o 'puto niñato'". A pesar de todo, el menor asegura que seguirá reivindicándose: "Me han quedado todavía más ganas de seguir manifestándome, por toda la frustración que me llevé encima". Ahora, lo único que desea es que la justicia rechace de todo lo que se lo acusa y lo absuelvan.

Según los atestados policiales lanzaron adoquines contra la policía y Padilla matiza que no es así: "No presentaron ninguna prueba durante el juicio. No tenían ninguna". Ahora, se enfrenta a un año de libertad vigilada por desórdenes y atentado contra la autoridad. Durante el juicio, los agentes que han declarado tampoco lo han podido identificar claramente. Y en paralelo la plataforma Alerta Solidària ya ha presentado una querella contra los ocho policías que participaron en su detención. La demanda se ha interpuesto por un delito contra las garantías constitucionales, uno de lesiones leves, uno contra la integridad moral, y una de torturas.

Foto principal: Guillem Padilla en la puerta de la Ciutat de la Justícia el pasado 14 de abril de 2021