Un largo camino ha llevado a Basir (nombre ficticio) desde el Sudán hasta las puertas del Estado español. El joven de 24 años abandonó su país por la persecución religiosa sobre los cristianos y después de cinco años de odisea, pasando por tres países diferentes, acabó siendo uno de los supervivientes de la tragedia de Melilla el pasado 24 de junio. Ahora, ha presentado una petición de asilo ante la embajada de España a Rabat, estando así la legislación española en un movimiento inédito en Marruecos. Uno de los letrados de Basir ha explicado a Público que decidió aceptar el caso gratis para rebatir las afirmaciones de Fernando Grande-Marlaska. "Se ha llegado a afirmar que las personas que asaltaron nuestra frontera de manera violenta lo hicieron ante la imposibilidad de pedir asilo. Y sencillamente es falso e irresponsable".
Al lado de los dos abogados españoles que tramitan la petición de asilo ante la embajada, Basir ha descrito este proceso como un camino de dolor y frustración, que lo ha empujado a solicitar asilo por una vía poco habitual, la de la petición en embajadas y consulados. Este método se contempla en la ley, pero solo se ha puesto en marcha en contadas ocasiones como Afganistán y Ucrania, según recopilación Efe.
Él fue parte de los 470 migrantes que consiguieron pisar territorio español y fueron devueltos en España, unas devoluciones que el Defensor del Pueblo español denuncia que se hicieron sin garantías legales. Este mismo organismo apeló a facilitar las peticiones de asilo en embajadas y consulados. Basir ha expuesto su experiencia a Efe: "Te trataban como si no fueras un ser humano. Se fueron a rezar y volvieron, les pedí agua y no me la dieron. Me decían: 'No te mereces beber, solo morirte aquí, sois animales'".
El camino de Basir antes de Melilla
El joven sudanés vivía en la región de Kurdufān del Sud (en la frontera con el Sudán del Sur) y era de minoría cristiana, razón por la cual explica que se ha sentido siempre perseguido. Su padre y su hermano fueron asesinados a raíz del conflicto sudanés. Después, su madre lo envió a casa de un tío musulmán, que lo forzó a convertirse al islam bajo amenaza de muerte."Dije eso solo para proteger mi vida", ha detallado.
"Si eres cristiano en el Sudán te consideran como pagano, y si eres pagano, pueden matarte porque es como hacerle un favor a Dios", ha asegurado en Basir. Justamente por eso quiere acogerse al derecho de asilo en el Estado. "España me volvió", ha remarcado, sin embargo, la única cosa que quiere "es encontrar un lugar seguro para vivir".