La decisión del Tribunal General de la Unión Europea de devolver provisionalmente la inmunidad a los tres eurodiputados de Junts, ha permitido que esta semana Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí hayan podido atravesar sin problemas la frontera francesa para participar en el pleno del Parlamento Europeo.
"Estamos muy contentos de estar de vuelta en Estrasburgo caminando libres por la república francesa", ha exclamado visiblemente satisfecha Ponsatí ante el pleno, al acabar su intervención de un minuto sobre política de competencia.
El Parlamento Europeo aprobó el pasado 9 de marzo el suplicatorio, a petición del Tribunal Supremo, por el cual se levantaba la inmunidad a los tres diputados independentistas, lo cual tenía que permitir la tramitación de una nueva euroorden. Eso amenazaba con restringir los movimientos de los tres políticos a las fronteras del territorio de Bélgica, donde la orden europea de busca y captura contra ellos ha sido definitivamente desestimada, después de que el Tribunal de Apelaciones de Bruselas rechazó la extradición de Lluís Puig.
El Tribunal General señaló la convocatoria del pleno en Estrasburgo como una de las razonas que obligaba a dejar en suspenso el levantamiento de la inmunidad hasta que haya una decisión firme sobre el recurso presentado por los eurodiputados contra el suplicatorio. En caso contrario, argumentó el tribunal, existía un riesgo real de que los eurodiputados fueran detenidos y encarcelados.
La decisión del TGUE fue interpretada por los tres eurodiputados como la asunción por parte de la justicia europea de que no se puede descartar que exista persecución política contra ellos. De aquí, la satisfacción expresada por la eurodiputada ante el pleno de Estrasburgo.
Puertas giratorias en España
Previamente, Ponsatí ha denunciado las puertas giratorias en el Estado español, que tres primeros ministros y una veintena de ministros se sientan en grandes empresas que se benefician de fondo públicos; que algunas de las grandes empresas del Íbex como Endesa, Naturgy o Enagàs esperan recibir importantes sumas de los fondos europeos de recuperación, mientras que en el Estado español los ciudadanos pagan la factura con los impuestos más elevados de Europa por la energía eléctrica.