La consellera exiliada Clara Ponsatí ha lamentado la respuesta "con hechos" que le ha hecho el president de la Generalitat, Pere Aragonès, a la carta que le escribió en el mes de mayo. Ponsatí ha aludido de esta manera a la decisión del presidente de no participar mañana en la manifestación de la Diada. "Fragmento de la carta que entregué al MHP Aragonès el 19 de mayo. Su respuesta la hemos visto con los hechos. Mañana, 11 de Setembre, todo el mundo a las calles", ha indicado la eurodiputada.

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Ponsatí entregó una carta a Aragonès en el mes de mayo, coincidiendo con que el president se reunió con los eurodiputados independentistas en Bruselas. En la misiva Ponsatí pedía un cambio total de estrategia al Govern después de que se ha constatado que "la desescalada ha sido un error". Ponsatí apuntó que, como el president le había pedido una reunión formal, le expresó "con franqueza" por escrito su valoración. "El Govern de Catalunya que presidís no nos acerca a la independencia ni la tiene como objetivo. En vez de enmendar los errores y las simulaciones que impidieron materializarla en el 2017, ha profundizado la gravedad. Mientras operáis como si el conflicto de fondo no se hubiera agravado, el país se erosiona políticamente, socialmente, culturalmente y económicamente. Promovéis la ficción de que es un retorno al autonomismo que nos permite convivir y negociar de tú a tú con el Gobierno español y crecer como país", manifestó.

Según la consellera exiliada, ofrecer la desescalada del conflicto ha sido una pifia "que pagamos todos". "El Gobierno español y los aparatos del Estado, lejos de desescalar, han aprovechado la debilidad de vuestro gobierno para acelerar el proceso de asimilación y disolución de la nación catalana y de nuestras libertades". Ponsatí consideraba que las apelaciones al diálogo son una manera de comunicar "que no seréis un problema para el nacionalismo español". "En Madrid lo han entendido y actúan en consecuencia. Eso debilita nuestras instituciones de manera inmediata, pero toda la sociedad catalana pagará los platos rotos".

Ponsatí ponía después algunos ejemplos de eso que a su entender está pasando, y citaba por ejemplo que la estabilidad en Madrid debilita las posiciones catalanas en Europa, lo que define como un error histórico. "El Estado ha conseguido cerrar la carpeta catalana y vuelve a ser aceptado en la arena internacional, justamente porque Catalunya y el gobierno que presidís le ha calmado las aguas. Todo el trabajo que hacemos en el Parlamento Europeo para denunciar los abusos del Estado y la complicidad de las autoridades europeas queda en nada ante una fotografía amable y cordial entre el president de la Generalitat, el presidente del Gobierno español y la presidenta de la Comisión Europea. Es a los catalanes a los que nos interesa hacer evidente el conflicto existente, y al Estado, esconderlo", recordaba. La consellera d'Ensenyament exiliada también denunciaba desprotección ante los ataques a la lengua catalana. "El Govern muestra como única prioridad esquivar las posibles inhabilitaciones", lamenta. Lo mismo piensa con respecto a cómo Aragonès afronta el escándalo del CatalanGate, "evitando que el asunto no se convierta en un escándalo demasiado grande y desestabilizador para el Gobierno español", añadía.