Carles Puigdemont ha recordado hoy a Twitter los 440 años del Acta de Abjuración o Plakkaat van Verlatinghe, que supone la declaración formal de independencia de las provincias del norte de los Países Bajos de su obediencia al rey de España, Felipe II. El presidente en el exilio ha recordado la efeméride a partir de un tuit del diputado al Parlamento flamenco Bart De Wever.

"Hoy hace 440 años que los neerlandeses despacharon al rey español, Felipe II, por incumplimiento de contrato (la tradición viene de lejos). No consta que en todo este tiempo les hayan entrado ganas de volver a ser gobernados por los españoles. Y hace años que son más prósperos y libres", ha tuiteado el presidente.

"Los Países Bajos son una cuna histórica para las libertades individuales y la democratización. Hoy conmemoramos como parte de esta tradición que hace 440 años se firmó el Plakkaat van Verlatinghe", ha escrito Wert en celebración del momento histórico.

El acta de abjuración

El acta de abjuración fue promulgada en La Haya el 26 de julio de 1581 por las provincias Unidas, Brabante, Güeldres, Zutphen, Holanda, Zelanda, Frisia, Malinas y Utre, en los Estados Generales de los Países Bajos. A través suyo rompieron sus lazos con el rey de España, Felipe II de Castilla. En su lugar escogieron a Enric d'Hèrcules el cual nombraron "príncipe y señor de los Países Bajos". El documento supuso la declaración de independencia de facto de estos territorios de los Países Bajos españoles.

En el documento, los magistrados de las provincias rompen su juramento de lealtad con el rey al considerar que este no ha cumplido sus deberes. "Si en lugar de proteger a sus súbditos, los oprime, los sobrecarga de tasas, y les coge sus antiguas libertades, privilegios y costumbres, y los manda y abusa como esclavos, no se lo tiene que considerar como Príncipe, sino como un tirano. En este caso, con derecho y razón el pueblo puede al menos constatar que [el Príncipe] lo ha abandonado y decidir que ya no lo reconoce como Príncipe", explica el texto.

Se firmó después del estallido de la rebelión en los Países Bajos el año 1564 y después del inicio de la guerra de los ochenta años. Supone un punto de no retorno, ya que escenifica la completa ruptura de las relaciones entre el Reino de España y Países Bajos. A pesar de la declaración, Felipe II no renunció a los territorios y consiguió recuperar las partes mayores de Flandes y Brabante y una pequeña parte de Gelre.

 

Imagen principal, Carles Puigdemont / EFE