Los actos del 20 aniversario de los atentados del 11-M no abren todas las portadas, aunque en casi todas tienen buena presencia, por la enormidad de la tragedia y porque se la asocia a la conspiranoia que ETA lo encargó al yihadismo para influir en las elecciones que se celebrarían tres días después. Veinte años han pasado y los atentados del 11-M —193 muertes y 2.057 heridos— son todavía una herida abierta en la vida pública española, porque la misma gente que mintió sobre su autoría aún no ha reconocido que lo hicieron para atribuir el atentado a ETA y sacar provecho electoral tres días después. Todo un gobierno de un estado occidental quiso engañar a todos a escala planetaria. No se salieron con la suya, claro, pero la cola de paja de algunos medios se arrastra hasta hoy, con El Mundo a la cabeza. Hace falta tener mucho nervio para hacer como ABC —el director de entonces terminó porque se oponía a publicitar la conspiranoia—, que vende como sustancia informativa del homenaje que el PP no ha sido invitado, y concluye de esa bagatela mentirosa —el acto lo organizaba la Comisión Europea— que el gobierno central "reabre la guerra del 11-M". ¿Guerra? ¿Qué guerra? Han elegido vivir contra la verdad, como explica David González en su columna, o el "todo vale" con qué el director de esta santa casa cierra su editorial.

La Vanguardia lleva un título de esos suyos al que le pone tanto café como leche y dice que el 11-M todavía "divide los partidos", el PSOE contra el PP, todo bien repartidito y equilibrado, que nadie se enfade. Lo que realmente divide no es el 11-M sino la mentira, y de este caso es el PP quien carga todo el peso, porque nunca ha reconocido que aquel gobierno que presidía José María Aznar quiso engatusar a todos —y perdió las elecciones contra todo pronóstico. Precisamente con elecciones abre El Mundo su portada, llevando el agua a su molino: "El socialismo portugués deja gobernar al centroderecha tras perder las elecciones", como dando un codazo al vecino de la barra del bar mientras le señala que así es como se hace y no como el PSOE, que ha buscado sumar los votos de comunistas, terroristas y separatistas para ocupar la Moncloa. El tabloide ultra sabe que las situaciones de España y Portugal son incomparables: de entrada, el PS portugués no suma mayoría con el resto de la izquierda y el centro. De salida, el centroderecha portugués se ha negado a gobernar con los ultras de Chega ("Bastante"), que son ahora mismo la tercera fuerza del país. Por qué no han titulado por aquí? Da igual. Veinte años después, el diario sigue viviendo de la mentira.

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