Las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez ocupan la mayoría de portadas, con un tono más especulativo y adivinatorio que otra cosa porque, hasta ahora, milagrosamente, se ignora el detalle de las conversaciones entre los negociadores e incluso su identidad. Si colgaras las portadas de este domingo —y de algunos días anteriores— en una pared, tipo el panel de Carrie Mathison en Homeland, te podrías hacer una idea del perímetro de los tratos, de la magnitud de la oposición y de sus protagonistas. Cada diario lo presenta de una manera y en un tono que ayudan a entender su cerebro, porque detrás de cada título de portada se entrevé también la posición que adoptan, la mirada editorial que le dirigen. A los más viejos incluso es probable que les recuerde, actualizados, la tensión y el riesgo de las negociaciones, debates y dificultades que precedieron a la aprobación de la Constitución de 1978. Mutatis mutandis, la situación tiene un poco aquel aire eléctrico de incertidumbre y de reset.
La Vanguardia abre con un título que parece un aviso: centraos en la amnistía, que ya es bastante complicada, y no toquéis el referéndum. Lo dice en el mismo editorial: sería "un error descomunal" frustrar esta "oportunidad histórica". El Periódico también pone el acento en la amnistía y suelta una carga de profundidad: depende de cómo se configure, dejará sin fuerza los recursos contra la represión judicial sobre los que debe pronunciarse el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, como queriendo decir que, con la amnistía, el Estado español cancelaría el riesgo de una ristra de resoluciones del TEDH que cuestionaran las sentencias, las causas y los procesos vinculados al referéndum del 1 de Octubre. El Punt Avui insiste en el mismo tema, poniendo el foco en la aproximación de los partidos independentistas catalanes entre ellos y con los comunes —en este relato, el PSC queda situado al otro lado de la mesa.
Entre los diarios de Madrid, la división de siempre. Por una parte, El País. Por otra, el Trío de la Bencina —El Mundo, ABC y La Razón—. El diario progre presenta al líder del PSOE, Pedro Sánchez, como protagonista de un desafío histórico en que los riesgos mayores son, otra vez, la presencia del referéndum en la negociación y la competencia entre Esquerra Republicana y Junts. Parece anticipar el fracaso de las negociaciones y señale a los culpables. Aquí, quien queda fuera de la fotografía es toda la derecha española, en el papel de nuevo "bunker", como se llamaba en tiempos preconstitucionales a los herederos del franquismo y su aparato institucional, económico y mediático.
El papel que entonces hacían diarios como Arriba o El Alcázar lo desempeñan ahora los del Trío de la Bencina. El Mundo, con poca información sobre la cosa, se la juega, como hacía este sábado, a una encuesta y resulta —¡sorpresa!— que casi la mitad de los votantes socialistas es contraria a lo que se negocia y a la misma negociación. No es una portada muy noticiosa. La Razón opta por abrir portada con una entrevista a Isabel Díaz Ayuso, la presidenta regional de Madrid y alternativa a Alberto Núñez Feijóo si falla al frente del PP. Ayuso hace un llamamiento "a la calle" para oponerse a la amnistía y da por hecho que Sánchez facilitará el referéndum. Como sus compañeros de Trio, la idea del diario es crear un clima irrespirable para que fracase la investidura y se repitan las elecciones en enero. ABC tampoco dice nada de sustancia. Una entrevista a Mariano Rajoy donde pinta a Sánchez de político radical y de anti-España con quien no se puede pactar, etcétera, y abona así la parte del relato de la derecha que los excusa de no sumar sus votos con los socialistas para ahorrarles el pacto con secesionistas, comunistas y terroristas —lo ha propuesto, entre otros, la misma Esperanza Aguirre. El tabloide monárquico dedica más espacio en portada a la retirada de un torero llamado El Juli. Por contraste, Ara abre con un reportaje sobre Sant Roc, el barrio de Badalona "que concentra todos los problemas asociados a la marginalidad". Un gran contraste, ciertamente.
