Un momentito antes de ir al ABC, que las portadas de La Vanguardia y de El Periódico juegan hoy su particular duelo de titanes. El diario de los Godó entrevista al president Pere Aragonès. El diario de los Moll, al presidente Pedro Sánchez (a este ritmo le faltarán medios para tanta entrevista). Más o menos, los dos dicen lo mismo: sería una calamidad que el 23-J entrara un gobierno de coalición PP-Vox. Sánchez, con poca maña, lo llama "película tenebrosa", como si no hubiera buenas pelis tenebrosas. Que se lo pregunten a los del Festival de Sitges. El president amplía el campo de batalla y alerta de un pacto PSOE-PP, contra el que también "habrá que defender a Catalunya", etcétera. Es destacable el dramático titular de El País: "La ultraderecha amenaza el medio ambiente". Hace dos días, el mismo diario culpaba la ultraderecha de promover una conspiración global anti LGTBI+. A ver, alguna cosa hay, pero titulares tan apocalípticos, tan teatrales, tienen poca credibilidad —todos ven el efecto es desproporcionado a la causa...— y dan la impresión de que te quieren asustar o hacerte la propaganda.
Ahora sí, ABC. Se queja a toda portada de que los servicios de inteligencia españoles viven en la confusión: hay demasiados, trabajan por separado, solapan operaciones, tienen funciones duplicadas... Culpa de todo al exceso de servicios ("una décena", dice, dependientes de cuatro ministerios), que es "una excepción en nuestro entorno". Mire, no. Por eso no es. En los EE.UU., la Intelligence Community son dieciocho agencias coordinadas por la Oficina del Director de Inteligencia, que depende del Presidente. En el Reino Unido hay diez agencias que cuelgan del tres ministerios —sin contar aduanas ni finanzas. En Francia son diez, que responden al Presidente y a cuatro ministerios. En Italia es más articolato: nueve servicios que dependen de siete ministerios y de la presidencia del consejo. En Alemania, cada uno de los dieciséis estados federados tiene su propio servicio de inteligencia independiente del resto y del Bundesamt für Verfassungsschutz (Oficina Federal de Protección de la Constitución), su, digamos FBI. Hay once agencias y servicios más y cuatro ministerios implicados. ¿De qué "entorno" habla el tabloide monárquico? En fin. Esta portada apesta a operación de influencia que alguien promueve para reorganizar a su favor las cuadrillas de espías de España. Si es así, pues mira. Cosas del poder y del deep state. Pero para tener éxito —en lugar de dar la turra— tendrían que elegir un diario que haga su trabajo y al menos consulte la Wikipedia. Si no parece todo un chiste de esos de la guerra de Gila.
En la portada, toda negra como para dar miedo, se ven las fotos de los jefes de los diversos servicios de inteligencia. Solo falta la imagen del general de brigada Alfonso López Malo, nuevo jefe de la policía judicial de la Guardia Civil (antes lo era de la UCO, la Unidad Central Operativa). Le podían haber pedido la foto a El Mundo, que hace diez días lo hizo pasar por su máster en Periodismo de investigación, datos y visualización, donde tuvo el nervio de decir que "el periodista y la UCO tienen el mismo objetivo: buscar la verdad". No. Aunque, mirándolo bien, como se refería a España, quizás tiene razón al equiparar buena parte del periodismo que allí se practica y la actuación de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.