Portadas que miran al dedo del aislamiento y no a la luna de la pandemia

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, así, en plural (CDC, por su acrónimo en inglés), es el nombre de la agencia responsable del desarrollo y la aplicación de la prevención y control de enfermedades y la salud ambiental en Estados Unidos. El pasado 27 de diciembre recomendó la reducción del aislamiento covid de 10 a 5 días para los infectados asintomáticos. También recomienda que lleven mascarillas 5 días adicionales después del periodo de aislamiento. La directora de los CDC, la doctora Rochelle Walensky, explicó que pretenden "equilibrar lo que sabemos sobre la propagación del virus y la protección que dan las vacunas y las dosis de refuerzo que garantizan que la gente pueda continuar con seguridad su vida diaria". Walensky espera que la medida minimice el impacto de la pandemia en la economía y la vida cotidiana del país.

Hasta aquí la información que ha servido a España para reducir el periodo de aislamiento de 10 a 7 días —cuenta con que todo el mundo tiene que usar mascarilla fuera de casa, salga o no del aislamiento. Algunos periódicos insisten este jueves en decir que esta decisión se ha tomado "contra el criterio de los expertos". Se refieren a la Ponencia de Alertas del Ministerio, que así se llama la cosa. ¿Quieres más expertos que los CDC? Solo el afán de oponerse sí o sí —muera quien muera, vamos— a las decisiones del gobierno central (o de favorecerlas) genera entre la buena gente un embrollo parecido al causado por los charlatanes y cantamañanas antivacunas.

No se trata de defender los siete días o de oponerse, sino de salir de la dinámica de favorecer lo que establece el gobierno que me cae bien o desacreditarlo todo porque me cae mal. Los periódicos podían haber dicho, por ejemplo, que la reducción de los días de confinamiento debería acompañarse de la exigencia de hacerse un test antes de salir del aislamiento, como muchos científicos recomiendan. Vaya, no hay que tener ciencia para darse cuenta de que es puro sentido común. En Inglaterra hay que pasar dos tests al final del periodo de aislamiento, por ejemplo. Los periódicos podrían explicar que los gobiernos no lo recomiendan porque andan con cola de paja. Contrariamente a lo que hacen muchos países europeos, en España no se ofrecen tests de antígenos gratuitos ni se les marca un precio máximo, como tampoco a las mascarillas, que filtran mejor, más adecuadas para protegerse de una variante tan infectiva como la ómicron. Los periódicos tampoco dicen que no se obliga al teletrabajo a todo el mundo que lo pueda hacer, ni se manda a casa a los contactos estrechos de los positivos. Eso sí, los mismos diarios que hablan de la "inacción" del gobierno central esconden que hay bomberos, policías y personal del Samur (el sistema de emergencias médicas) que dependen del Ayuntamiento de Madrid que van a trabajar con una PCR positiva, con la anuencia de los responsables municipales.

La doctora Wallensky explicó hace dos días que la reducción a la mitad de los días de aislamiento "tiene mucho que ver con aquello que creemos que la gente es capaz de tolerar". Claramente, los ciudadanos norteamericanos tienen menos paciencia con sus gobiernos y una actitud más resistente a la intervención del Estado en su vida. Es una manera de vivir que, en general, nos es un pelín ajena. No pasa nada. Aquí somos más de tragarnos a todo un presidente del gobierno que dice: "Haremos frente a esta nueva variante con más garantías y fortalezas" vía "vacunación, protección personal y unidad institucional". Vacunas, perfecto, pero España va con retraso en terceras dosis. Protección personal es la mascarilla en todas partes y a todas horas, lo cual los expertos estiman inútil. ¿Y la unidad institucional? ¿Qué pinta en todo esto la unidad institucional y "este virus lo vencemos unidos"? Válgame Dios. Y las portadas, ya las veis. Unas felices porque no son 10 días de aislamiento, son 7, y otras que se quejan y protestan porque son 7 días y no 10. Mirando al dedo, vaya. Gracias por tanto.