Este sábado se constituyen los ayuntamientos. Casi todas las portadas van de eso. Hay tres elefantes en la sala. El primero es el Ayuntamiento de Barcelona. Es impresionante el silencio en portada de La Vanguardia sobre el caso. Nada. Ni un título pequeño ni grande. Cuesta creerlo. Cuando menos, cuesta adivinar si detrás hay un mensaje o una razón, porque es la principal conversación política de este sábado en el país y será uno de los momentazos del día, con la emoción hasta el último momento. ¿No quieren ni decir que las bases de ERC y Junts votan minutos antes del plenario que decidirá el alcalde de la capital? Quizás solo significa que consideran que incluso eso los compromete mientras proceden a la delicada maniobra de virar el diario para acomodarlo en los nuevos aires políticos que vienen de España. El billete del director habla de... ¡Port Aventura! No hay editorial ni artículo de opinión sobre la cosa... ¿Será que ya se ha dicho todo? Misterio. El Periódico abre la portada con la cosa y tanto Ara como El Punt Avui hacen referencia al asunto en sendos subtítulos. El diario de referencia de Catalunya, sin embargo, no dice nada en primera página. 🤷♀️
El segundo elefante en la sala lo describe muy bien El Punt Avui en un subtítulo de la portada —el título es horroroso por incomprensible 🤷♀️— que remarca que Junts y ERC buscan pactar con el PSC para hacerse daño mutuamente en municipios y diputaciones. Se hacía extraño que ningún diario dejara negro sobre blanco, en portada, la guerra entre independentistas (o como quieras llamarles, porque ahora cuando un partido dice que es indepe no se sabe qué quiere decir: que lo es, que lo fue o que le gustaría serlo). "El sálvese quien pueda partidista predomina sobre el llamamiento a una acción común independentista", se queja el diario en un segundo subtítulo. Otro caso parecido es Ripoll, que abre la portada de Ara, inquieto porque la división entre partidos tradicionales (Junts, ERC, PSC, CUP) acabe abriendo paso a la extrema derecha al frente del ayuntamiento.
El último elefante en la sala son los pactos del PP con Vox en que los populares asumen las medidas, el marco ideológico y la terminología habitual de la extrema derecha, como explica aquí nuestro Jaume Vich. Solo hay que leer el texto del acuerdo de gobierno entre ambos partidos en el País Valencià para advertirlo, o pensar fríamente unos segundos en el hecho que el PP tolera que el partido ultra haya escogido como vicepresidente y conseller de cultura a un torero que figuraba en séptima posición en las listas por la ciudad de Valencia, señal casi evidente de lo que les importa Valencia, la Generalitat y la democracia. Con pactos como este —que no es lo único: El País publica en portada el nuevo mapa del poder municipal— el PP no compone una bella figura de cara a las elecciones generales del 23-J.
El Trío de la Bencina ya lleva días procurando vestir esta mona de manera que nadie se asuste ni escandalice cuando Alberto Núñez Feijóo, si llega a la Moncloa, nombre vicepresidente Santiago Abascal, el mandamás de Vox. El catálogo de inventos y mistificaciones de los diarios va desde denominar la coalición PP-Vox como "el centroderecha" o normalizar al partido ultra como el equivalente de Unidas Podemos pero en el otro extremo ideológico. También se ha hecho aparecer lo más posible a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, cuyo partido, Fratelli d'Italia, se equipara a Vox, como queriendo decir: ¿Ves? ¡Si no pasa nada! También se muestra al PSOE como valedor de terroristas cuando pacta o acuerda con EH Bildu —lo hace ABC en toda portada— o se acusa a los comunes de dar apoyo a los independentistas porque no quieren votar con el PP a Collboni alcalde de Barcelona e ignoran que Colau quedó por delante del socialista —esta es la portada de El Mundo. La cantidad de fabricaciones es enorme, el equivalente a asociar Vox a los 150.000 o 500.000 muertos de la represión franquista cada vez que mencionas este partido. Imagínate un título tipo: "El PP pacta con los herederos del franquismo para gobernar Valencia".