Hacia las 11 de la noche de este jueves saltaba la noticia de que el jurado había declarado a Donald Trump culpable de 34 delitos en el caso de los pagos ilegales a la actriz porno Stormy Daniels. El día 11, el juez impondrá la sentencia, de hasta cuatro años de prisión —será difícil que encierren a Trump, porque primero deberán resolverse los recursos, etcétera. Es un acontecimiento fuerte, grueso: Trump es el primer expresidente convicto de la historia de los Estados Unidos. Emoción entre los portadólogos. ¿Qué harán los diarios? ¿Abrir con Trump, que es la noticia más noticiosa —la última, la más novedosa y menos previsible que la aprobación de la amnistía— o mantener la amnistía en lo alto de la portada? Pues ha ganado la amnistía, si es que ser el tema principal de las portadas de los diarios impresos es alguna victoria. Incluso El Punt Avui ocupa con ese asunto el póster que cada día abre su primera página, que hoy tiene aire de pancarta, con un AMNISTÍA así, en caja alta, que es como los periodistas de antes llaman a las mayúsculas, traduciendo el inglés upper case con el mismo fervor que un militar dice “carro” y no “tanque”. Pedanterías aparte, los diarios que se han hecho los remolones o han hecho campaña contra la amnistía no han utilizado el caso Trump como excusa para darla pequeña.
La Vanguardia y El Mundo acompañan la noticia sobre la aprobación definitiva de la “Ley Orgánica de amnistía para la normalización institucional, política y social de Catalunya” —este es el nombre con que aparecerá en el BOE— con una foto que se hace raro no ver en el resto de diarios: Oriol Junqueras y Jordi Turull abrazándose a la entrada (¿o es la salida?) del Congreso de los Diputados. Es una muestra excepcional de unidad del independentismo, actualmente “dividido y debilitado por sus batallas cainitas e infantiles” —como dice el director de esta santa casa en su editorial— y también la imagen de una victoria política que no se sabe qué efectos tendrá en el movimiento indepe. Ara anuncia en portada un artículo del presidente Artur Mas y resume su tesis: “Si en unas nuevas elecciones Junts y ERC formaran una plataforma electoral conjunta, quedarían claramente primeros”. Es nostalgia de Junts pel Sí de 2015, pero, a estas bajuras, es muy dudoso que este sea un efecto de la amnistía.
El Periódico mantiene su tono aguafiestas y titula por el rechazo a la ley de los fiscales del juicio a los líderes del 1-O —Consuelo Madrigal, Fidel Cadena, Javier Zaragoza y Jaime Moreno—, que han escrito 120 páginas para defender que la malversación no puede amnistiarse, etcétera. Claro. ¿Qué van a hacer? ¿Aplaudir? La Razón fabrica una novela diferente: ahora Puigdemont “reclama la Generalitat”. Es un título que llenará de ira a su parroquia. La portada de ABC parece tener el mismo objetivo. Titula “Esto no ocurrió” sobre una foto del patrullero de la Guardia Civil que sirvió de tarima a los Jordis durante el asalto del cuerpo paramilitar al Departament d'Economia de septiembre de 2017. En el diario ya saben que la amnistía no borra los hechos, claro, pero la idea es tener cabreada a la gente contra Pedro Sánchez.
El Mundo va todavía más allá y avisa de que tras la amnistía viene el referéndum, como queriendo decir que Pedro Sánchez ya prepara la siguiente cesión, la venta final de España, después de “consumar la impunidad del 1-O en pago por su investidura”. Según cómo, entre la foto de Turull y Junqueras abrazados y el título “Próxima parada: referéndum”, el tabloide ultra de este viernes es un buen souvenir para los independentistas, que deben suspirar por que sus líderes políticos se tomen la causa tan en serio como El Mundo.