Este miércoles pedía una filigrana en las portadas de los diarios de Barcelona que desde hace unos cinco años y medio se afanan en presentarse de manera que su origen no haga mucho ruido. Es tarea difícil. La sensibilidad es alta, la tolerancia baja y muchos los recursos en juego. Por una parte, es obligado hablar de las palabras, obras y omisiones del Govern en relación con la sequía —seis millones de personas ya sufren restricciones—, a la que, para más inri, se le suman la confusión de las oposiciones de la Generalitat —13.581 afectados y una directora general destituida— y otra avería en Rodalies, que mantendrá un mes fuera de servicio la línea R2 Sur, una de las más frecuentadas de la red —hasta 133.619 usuarios en días laborables, 261 trenes diarios en 130,7 kilómetros de vía y 34 estaciones. Al mismo tiempo, si esos diarios quieren confundirse con el paisaje español, también les convenía hablar de lo que hablan los diarios y el kommentariat de Madrid, que no es otra cosa que la humillación del ministro español de la Presidencia, Félix Bolaños, a manos de la presidenta regional de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que lo ha dejado fuera del catafalco desde el que presidía el acto cívico-militar de la fiesta de la comunidad autónoma.

La Vanguardia lleva una foto buenísima —la mejor— sobre ese incidente. Abre la portada y parece el tema principal pero no es el título principal, que se dedica a la sequía, de manera que reparte juego equitativamente entre el interés y las apariencias. Muy sagaz. Claro, cuando llevas 142 años haciendo diarios en un país como este, sabes salir de casi cualquier paso. En la imagen se ve a la jefa de protocolo de la Comunidad de Madrid que cierra el paso con el brazo a Bolaños mientras deja pasar a Alberto Núñez Feijóo, al presidente del PP, que técnicamente es un senador, menos que un ministro. En el cacatafalco ya estaba Ayuso y, a su derecha, la ministra de Defensa, Margarita Robles. Cuando Feijóo se ha colocado a la izquierda de la presidenta regional, el cuadro era el que hace salivar al Madrid más Madrid: la capital de España reunía al llamado gobierno de unidad nacional, el equivalente de la Große Koalition alemana, el sueño de los diarios y el kommentariat de Madrid —y también de muchos salotti buoni de Barcelona.

Alguna cosa insinúa La Razón en su título: "Lo que pase en Madrid resonará en toda España". Ayuso cierra la puerta a Bolaños, representante del sanchismo traidor, que pacta con comunistas, separatistas y terroristas. En cambio, acoge a Robles, al PSOE dinástico, patriota y corporativo, con quien es mucho más gustoso que con Vox pactar un gobierno que ponga en su sitio a los disidentes de la anti-España. Robles —aquí ya lo has leído muchas veces— es la darling del Trío de la Bencina y El País siempre le pone buena cara. Lástima que ningún diario de los que se interesan por la trifulca publique en portada esta foto y, peor aún, que la presenten como una revancha protocolaria o una provocación de adolescente despechado y resentido. Lástima también que solo El País siga el tema del encuentro de Feijóo con los fiscales conservadores, que explica muchas cosas de cómo son y se comportan los poderes del Estado, cómo se conchaban y cómo la división de poderes es, en general, un concepto ténue y sutil que solo sirve para dar conferencias —y no muchas.

Ningún otro diario de Barcelona hace el juego de La Vanguardia. Solo El Periódico da en portada el incidente de Madrid, en un destacado. Como asunto principal de portada tiene las consecuencias de la sequía. La Vanguardia no dice nada del caos de Rodalies ni de las oposiciones. Se conoce que este último tema no le encaja en portada, que algo le parece incómodo: se lo ventiló en una columna en portada el día que estalló y ya no ha vuelto a aparecer más. El Punt AvuiAra sí abren portada con la destitución de la directora general que se ocupaba de las oposiciones fallidas y El Periódico también echa su cuarto a espadas al asunto.

La Vanguardia
El Periódico
El Punt Avui
Ara
El País
El Mundo
ABC
La Razón