Las portadas de los diarios de Barcelona de este sábado, leídas una al lado de otra, ofrecen una imagen reveladora de la banca. Ara y La Vanguardia explican que los bancos se han forrado, con beneficios récord de 20.000 millones de euros, atribuibles a dos causas. Una, a la subida de los tipos de interés, que es la medicina que aplica el Banco Central Europeo para sujetar la inflación. La otra la llaman "control de costes" y quiere decir, sobre todo, gente a la calle vía despidos, jubilaciones anticipadas, etcétera. CaixaBank, por ejemplo, presentó el viernes los resultados del 2022: ganancias de 3.145 millones, un 29,7% más que en el 2021. Ara suma los beneficios de Santander, BBVA, CaixaBank y Sabadell, que suben a 20.029 millones, casi la mitad exacta del presupuesto de la Generalitat para 2023, que importa 41.025 millones. Pas mal.
El Punt Avui, con un título simpaticón ("La banca paga"), enseña otra cara de la cosa: la resistencia al impuesto extraordinario que el gobierno español aplica sobre los beneficios extraordinarios de 2022 y 2023 de las entidades financieras. A CaixaBank, por seguir con el ejemplo, le supondrá 800 millones, cerca del 13% de los beneficios. Los bancos se han enfadado mucho y piensan si recurrir la medida. Cuando les preguntan —poquito y en voz baja— si no les da vergüenza, la respuesta es que no "porque una banca no rentable es un problema para la sociedad". Es una respuesta con un deje mafioso si consideras qué se ha hecho en el pasado para rescatar a las entidades financieras de sus malos pasos, puestos al descubierto por la crisis de los años 2008-2012. Se les dejaron, a devolver, más de 64.000 millones de euros de dinero público —tuyo y mío— de los que 43.225 millones se dan ya por perdidos, es decir, el 73% de las ayudas aportadas o un presupuesto anual de la Generalitat. Efectivamente, una banca no rentable es un problema para la sociedad.
A esta altura del Quioscos y Pantallas, es posible que tu cabeza ya incube la idea de que también es un problema para la sociedad que la banca sea rentable porque quizás no te suena tan demagógico aquello de que los bancos, en la crisis, han privatizado los beneficios y socializado las pérdidas. Es motivo literario y cinematográfico. Se atribuye a Josep Pla la definición de banco como gente que te dejan un paraguas y cuando llueve vienen corriendo a reclamártelo. El País acaba de pintar el panorama con un recorte en portada en que se hace eco de las declaraciones de la vicepresidenta primera y ministra de Economía de España, Nadia Calviño, que este viernes ha remarcado que los beneficios de la banca "confirman lo adecuado de haber impuesto un gravamen extraordinario. Y ha añadido: "Es un clamor general que tienen que arrimar el hombro. A ver si lo hacen.
Ninguno de los diarios del Trío de la Bencina lleva nada en portada, de todo eso. Les habrá dado toda la vergüenza que no han pasado hasta ahora, porque desde que el gobierno español propuso el impuesto extraordinario hablan de "impuestazo" y de "hachazo fiscal", además de regalar muchos metros cuadrados de papel a las quejas, profecías y amenazas de bancos, suministradoras (luz, gas, agua...) y aliados casi en exclusiva. El Trío, este sábado, ha sincronizado las portadas, que dedican el título principal al fiasco de la ley de libertad sexual conocida como la del "solo sí es sí". Están en campaña electoral permanente.
BOLA EXTRA. Dice La Vanguardia que en 25 años se curará cualquier cáncer. Es un notición, sí, y abre la portada del diario. Lógico. Lástima del condicional que cierra el título: "si se prioriza la investigación". Lástima porque, claro, "si se prioriza la investigación" podemos conseguir lo que tú quieras —viajar a Plutón, prescindir de los combustibles fósiles, vidas de 150 años...— o también utilizarlo como excusa para justificar que no lo hemos conseguido porque, claro, "no se priorizó la investigación". Dentro de 25 años, los que quedéis, acordaos de esta portada, sobre todo si sufrís de cáncer.