BBVA, segundo grupo financiero español por capitalización bursátil, quiere comprar el Banc Sabadell, cuatro años después de que fracasara una operación parecida. La capitalización de la entidad con sede en el País Valencià es hoy cuatro veces superior: de los 2.500 millones del 2020 ha saltado a los casi 10.000. En el mismo periodo, el banco vasco casi ha triplicado su valor, hasta los 60.627 millones. La nueva entidad fusionada sería el primer banco de España por volumen de activos y el tercero de Europa. A la bolsa, sin embargo, la movida no le ha gustado mucho y ha cerrado la jornada con las acciones del Sabadell arriba un 7% y un retroceso del 6,65% para los títulos del BBVA, aunque el primer trimestre del 2024, ambos bancos han consignado beneficios: 2.199,8 millones el BBVA, y 308,1 millones el Sabadell. La mayoría de los diarios abre portada con esta noticia, una primicia de la cadena británica de televisión Sky News.
Unos cuantos diarios hacen títulos fáciles, puramente descriptivos, casi futboleros y con aire lisonjero. ABC subraya que la propuesta ha tomado al Sabadell por sorpresa y que, si triunfa, nacerá “el mayor banco de España”, aunque no especifica por qué magnitud (no lo sería por activos totales, ni por número de clientes o de oficinas, entre otros). En una línea parecida, La Razón habla “de un gigante de más de un billón en activos”. Un tópico lleno de aire caliente, porque casi ningún mortal se hace una idea de qué significa esta magnitud y ni siquiera puede imaginársela. La Vanguardia, El Punt Avui, El Periódico, El País y Ara destacan, en cambio, que es el segundo intento del BBVA. Es la vertiente competitiva de la operación, la carrera de caballos. Una anécdota de importancia relativa. El Mundo, siempre sin miedo a los títulos largos y alambicados y a quien no asusta la superficialidad, combina ambos conceptos.
En cambio, El País, en un subtítulo esmirriado de portada, señala una de las consecuencias cruciales de esta fusión: el 70% del mercado bancario español se concentraría en tres firmas: Santander, BBVA y CaixaBank. Tres entidades acumularían una capacidad de influencia enorme en un área decisiva, central y delicada del sistema económico. La consellera de Economía, Natàlia Mas, no lo ve claro. “Respeto las decisiones empresariales, pero los ciudadanos y las pymes catalanas necesitan más entidades financieras y no menos”, ha dicho. Mas no ha tenido suerte con las portadas. Tampoco el ministro español del ramo, Carlos Cuerpo, que medio se ha puesto de perfil y ha declarado que el sector financiero debe mantener “una situación competitiva” si esta operación sale adelante. Da la impresión que ha levantado una ceja en dirección a los reguladores de la competencia, españoles y europeos. En resumen, una vez más se confirma que los bancos, con los medios, siempre tienen, digamos, buena suerte.
Dos noticias muy interesantes que aparecen en algunas portadas. Una es que España necesitará a 24 millones de inmigrantes el año 2050 para sostener las pensiones. Lo dice otro banco, lo de España en su informe anual. En portada solo hablan El País, La Razón i La Vanguardia. La otra es como presentan La Razón y, sobre todo, ABC, la comparecencia del secretario de organización del PSOE en la comisión del Senado que investiga el caso Koldo. El tabloide monárquico es cómico, porque titula una buena foto de Cerdán diciendo que “se desmarca de Koldo, el chófer de su amigo”, que es un poco como si alguien quisiera implicarte en una fechoría cometida por el cuñado de la novia del primo segundo del vecino de uno de tus amigos del grupo del pueblo. El diario del Grupo Planeta tampoco está mal: “Cerdán comía dos o tres veces en el mes con Ábalos, que a menudo iba con Koldo”. No se sabe si el comisionista también acudía a las comidas, ni qué quiere decir “a menudo” o si Cerdán se encontraba en Koldo por sorpresa o citarse era el plan… El caso es sospechar y hacer sospechar.