El caso Rubiales vuelve a ocupar la mayoría de las primeras páginas y cada diario lo explica poniendo la mano en el plato de la balanza que más le conviene políticamente. Los del Trío de la Bencina lo presentan como un fiasco del Consejo Superior del Deporte, dependiente del Ministerio de Cultura, que pretendía que el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD, por sus siglas en español) haya declarado "muy grave" el beso del presidente de la Federación de Fútbol, Luis Rubiales, a la futbolista de la selección española Jennifer Hermoso. Al calificarlo de "grave", el gobierno español no puede suspender al dirigente federativo como quería. Los otros diarios lo explican como una jugada del TAD que "impide" o "no permite" al gobierno quitarse de encima a Rubiales.
Lo que importa ahora, como siempre en la España actual —dividida, polarizada y peleada— es sacar provecho político de este embrollo, favorecer a uno de los dos bandos, aunque sea pasando por encima de las decisiones de los órganos encargados de dilucidar la cuestión y, peor todavía, utilizando a las víctimas y a los victimarios del caso como ariete de la causa que defiende cada diario. Pasan los días y, en cada portada que se publica, se apagan más los hechos y se oscurece la percepción del caso, todo lo contrario de lo que la investigación del asunto —y la lógica— pide. Por falta de claridad en la determinación de los hechos y porque nadie quiere esperar a tomar partido en una cuestión tan cargada, las emociones ahogan el caso y ya no se sabe dónde estamos. En este ambiente ¿se podrá hacer justicia a Rubiales o a Hermoso o acabará muriendo todo en la playa del partidismo?
Lástima. En España tiene que constituirse un gobierno y gana peso la posibilidad de la repetición de elecciones generales en enero de 2024. Sería la tercera vez consecutiva. El PP vuelve a recular ante Vox y le cederá dos consejerías en el gobierno de Murcia para ahorrarse una nueva convocatoria electoral (al menos es el tema principal en la portada de La Vanguardia). Se confirma, pues, que el PP no pretende resistir a la ultraderecha en ningún sitio. Ucrania avanza más rápido de lo que parecía en su ofensiva contra el invasor ruso. La amenaza de la sequía. Los asesinatos machistas. La falta de vivienda accesible. Etcétera. Todo eso es lo que este sábado queda enterrado por el caso Rubiales. Para pensar.