La visita del president de la Generalitat a Madrid ha conseguido conmover a La Razón, un diario que aún no había dicho nada en portada del CatalanGate y este viernes le dedica un recorte al caso, ni que sea llamándolo "supuesto espionaje". Pere Aragonès ha ido hasta la sede del Congreso de los Diputados y ha pedido al presidente del gobierno español que rueden cabezas, que alguien dimita o sea destituído. Pedro Sánchez estaba en Kyiv visitando a Volodímir Zelenski, el presidente ucraniano, de manera que el viaje de Aragonès ha sido un poco extraño, como una visita a nadie o una de esas llamadas que acaban en que no se puede poner, que ha salido, que si puedes llamar más tarde, que ya le dejarán una nota, muchas gracias. Bien. Son esas conversaciones que se acaban teniendo desde las portadas de los diarios, una tarjeta de visita dejada en la puerta. Una escena peculiar. La impresión es que el CatalanGate se desvanece. Mientras varias instancias del Estado dicen que no saben nada, en el Parlamento Europeo ofrecen a los diputados un servicio de revisión y limpieza de los móviles, por si acaso han sido infectados con el software espía Pegasus. Es todo el que hoy da de sí el caso más notable de vigilancia ilegal en un estado de la Unión Europea. Tiene pinta de que, pese a la gravedad de la vulneración de derechos y libertades, el tema está desapareciendo y este fin de semana acabará de vaporizarse.

Las portadas de los diarios de hoy —salvo la de El Punt Avui— hablan del envío de armas, municiones y vehículos de España a Ucrania, que es el regalo que Sánchez ha presentado a Zelenski. Nunca tan poco ha servido para tanto, si consideramos el impacto portadístico del envío: 200 toneladas de armas y municiones, 40 camiones y 10 vehículos ligeros. Como mucho, se trata de 1.500 toneladas de material. El envío duplica lo que hasta ahora se había enviado pero puede decirse que es esmirriado. Si quieres compararlo, el último paquete de 800 millones de dólares en material anunciado el jueves por el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, incluye artillería pesada, obuses autopropulsados y drones tácticos. Lo que España envía es como aquellos aviones Hércules con mantas y medicinas de antaño, mientras otros países envían armas de verdad. Cada país da como lo que es.

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