La mayoría de portadas abren con el retorno del Estado al accionariado de Telefónica veintiséis años después de que el gobierno de José María Aznar la privatizara. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) gastará 2.000 millones de euros en el 10% de la teleco. La operación es la respuesta del gobierno español a la entrada en el capital de la teleco saudí STC, que controla directamente un 4,9% de Telefónica e, indirectamente, otro 5%, pendiente de la preceptiva autorización oficial. El Estado español será, pues, el principal accionista de la operadora —que estos días ha dicho que quiere despedir a 3.959 empleados.

Los diarios publican títulos opacos que explican el hecho como si, de repente, hubiera caído un meteorito. El País dice que el Estado entra "para liderar su accionariado". ABC hace lo mismo con otras palabras. El Periódico ni eso. La Razón le dedica el título más pequeño de su primera página. Los únicos diarios que explican el trasfondo de esa decisión en el título principal de portada son La Vanguardia y El Mundo, que mencionan a Arabia Saudí. El diario de Barcelona escribe un título de verbo inflamado ("El Gobierno planta cara..."). El madrileño atribuye la operación a Pedro Sánchez y la califica de "golpe de mano", con ese énfasis castrense tan cómico que se gasta el tabloide ultra.

O quizás deberíamos llamarlo el tabloide catalanófobo, enloquecido en presentar el catalán como una lengua de discordia y factor principal de todo lo que va mal en la escuela catalana. Este miércoles, El Mundo dedica tres páginas a decir que los escolares catalanes son los que mayor rechazo tienen por la escuela a consecuencia de "la imposición del catalán, el aumento de la inmigración y el malestar docente con la Generalitat". Utiliza palabras como "conmoción", "hundimiento", etcétera.

En otra pieza vuelve a recoger por enésima vez el lloriqueo del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya por "el acoso que sufre para hacer cumplir el bilingüismo". ¿Jueces y fiscales llorando porque se sienten acosados a causa de la lengua catalana? Claro que sí. El resto de lo que publica es un refrito con mala leche de mentiras y medias verdades que presenta a Catalunya como Corea del Norte. El ABC también se suma a la campaña catalanófoba con menos maña y acusa a la Generalitat de "coaccionar" a la misión del Parlamento Europeo orquestada por la eurodiputada Dolors Montserrat, del PP, para hacer ver que el catalán y el español no pueden convivir.

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