El refrán mi gozo en un pozo alude a sufrir una frustración, una desilusión, un desengaño. Es un dicho apropiado para definir los resultados de la tercera reunión de la mesa de diálogo entre el gobierno central y el Govern. Se trata de dos compromisos, que no acuerdos concretos. Uno es que el ejecutivo español ha apalabrado que el catalán se pueda utilizarse en el Senado y a proponerlo como lengua de uso en el Parlamento Europeo. El otro no llega ni a compromiso: es una referencia genérica, alambicada y oscura a la reforma de los delitos de rebelión y sedición, sin mencionar los delitos ni reforma alguna del Código Penal. De la autodeterminación y la amnistía, los asuntos de los que originariamente la mesa debía ocuparse, ni una palabra, ni oficial, ni extraoficial ni mediopensionista. Eso, mi gozo en un pozo, una frustración, una desilusión, un desengaño.

Los diarios, sin embargo, no lo ven así o no lo presentan así porque, por algún motivo, se han empeñado a que cualquier encuentro entre los gobiernos español y catalán sea un éxito brillante, un avance inconmensurable, un progreso sin parangón. Como la realidad no justifica sus deseos, las portadas de este miércoles van cargadas de fabricaciones interpretativas de una creatividad desbordante o de unas expresiones tipo "Este jueves se producirán precipitaciones en forma de nieve sobre la capital de la comarca de Osona", que quiere decir que mañana nevará en Vic pero escrito por idiotas. De manera que tienes, por una parte, las declaraciones de cada parte y los dos documentos que han publicado, el del renombre "desjudicialización" y otro sobre "la protección y el impulso de la lengua catalana". De la otra banda|lado tienes las portadas, que celebran con entusiasmo adolescente que la montaña ha parido una rata.

Así, La Vanguardia dice que "la mesa de diálogo avanza", aunque en un subtítulo añade que "no concreta las reformas legales". Sí, técnicamente tiene razón. Pero también "avanzan" los caracoles y los glaciares. El Periódico lo resume en un genérico "menos pleitos", una interpretación enormemente generosa, porque nada de lo que se contiene en las actas de la reunión de la mesa indica cómo habrá "menos pleitos". Ara se pone más de perfil y explica "se abre la vía de la desjudicialización", que quiere decir, según el mismo diario, que ambos gobiernos "acordarán reformas legislativas" a tal efecto, una manera inflada y pomposa de decir que han chutado calle abajo la lata de la reforma de la sedición y la rebelión. El Punt Avui titula "Sólo buenos propósitos". Es el diario que más se acerca a una descripción imparcial de los hechos. El País aprovecha la ocasión para informar de que ERC "aparca la vía unilateral". Nada de todo eso figura en los papeles ni lo ha dicho ninguna de las partes, pero tú leña al mono, que es de Esquerra. Es previsible que este mismo miércoles ERC salga a desmentir el aparcamiento en cuestión, entre otras cosas porque, de hecho, la vía unilateral ya fue descartada en su último congreso y, sobre todo, es lo hacen cada día con su acción de gobierno, bien acompañados de los consellers y cargos de sus socios de Junts. El Trío de la Bencina titulan a la vez que el gobierno español se hace suya la nueva legislación lingüística catalana pasando por encima de la sentencia que impone el 25% de castellano en la escuela. El Mundo incluso dice que el gobierno central "blinda el veto al español", que es como este diario llama a las leyes catalanas sobre el uso de lenguas en la escuela. Más que interpretación, es una falsificación. Bien. En el caso de este diario no es novedad y ya no viene de aquí.

Claro, los papeles de la mesa son tan genéricos y evasivos como las letras del último de Rosalíua: de tan indeterminadas y vagas, puedes leer en ellas lo que tú quieras, lo que tu cabeza sugiera. La gracia, el truco, es que tú pienses que lo dice la mesa de negociación —o Rosalía— sin embargo, quien lo hace es tu imaginación inducida por los titulares de los diarios. En cambio, un hecho de sustancia, como que Catalunya recibirá 3.100 millones más en 2023, aparece en rincones secundarios de la portada, salvo El Periódico. No es ningún trato especial ni afán de saldar el llamado expolio fiscal. El gobierno español ha decidido aumentar un 24% la dotación de la financiación autonómica y 3.300 millones son los que corresponden a Catalunya. Pero son 3.100 millones, una cosa concreta, exacta, precisa que se sabe para la cual sirve y no un juego de humo y espejos como el de la mesa de negociación —o de lo que sea.

Portada El País
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Portada La Vanguardia
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Portada El Periódico
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Portada El Mundo
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Portada El Punt
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Portada Ara
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Portada La Razón
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