Prueba que los diarios están atacados de solemnidad y mueren de aburrimiento —y así lo trasladan— es que en la noticia de la irritación de Rusia por la inminente entrada de Finlandia a la OTAN olvidan decir que la primera ministra finesa, Sanna Marin, replicó las amenazas rusas con un tuit donde se la ve haciendo dominadas, como desafiando el ademán y la onda machirula de Vladímir Putin y diciéndole que si quieres algo ven a buscarlo. Patrycia Centeno aka @politicaymoda, dice que la mandataria finesa ha hecho muy santamente porque los machos alfa como Putin sólo entienden el lenguaje de macho alfa, como el de la primera ministra, que enseña el dedo (metafóricamente) al presidente ruso mientras hace ejercicios duros de gimnasia en la barra de casa suya. Sanna Marin ha troleado a Vladímir Putin y la rabieta de Rusia ha quedado en pataleta de niño maleducado. Si la feminización de la política es esto, bienvenida sea.
Pero vaya, los diarios impresos que es de lo que aquí se trata, más que de papel son hoy de cartón —y casi cada día—, de tan rígidos como se presentan. Parece que se hayan tragado una percha. Una anécdota como esta de Sanna Marin explica más cosas sobre el temple y la actitud de un país que cincuenta listados de armas. En el caso de Finlandia, además, resulta que es un país que se prepara para cualquiera —cualquiera— contingencia con el vecino ruso desde 1944, fecha en que ya les derrotaron y echaron de su país. Los diarios no han sumado ni la historia, ni la disposición ni los planes de guerra finlandeses y los títulos basculan sobre las amenazas rusas que, hasta ahora, sólo han sido humo de pajas y ganas de vacilar.
Una portada que vale la pena comentar es la de El Mundo, cada día más parecido a un gag. Hoy abre a toda página con el razonamiento por el que el magistrado del Tribunal Supremo autorizó las escuchas del CNI al presidente Pere Aragonès y a Gonzalo Boye, el abogado de Carles Puigdemont, entre otras personalidades independentistas. Dice el juez que la intervención telefónica (con el software Pegasus) es "la única fórmula para evitar una secesión". Te tienes que reír. Realmente, el juez tenía muchas ganas a los independentistas y su manía volaba a gran altura, porque el riesgo de secesión era el mismo que la probabilidad de que el sol salga por el oeste. Se conoce que el diario comparte todo ese delirio y quiere convencernos, porque abrir con un título de dos líneas a toda portada no es un numerito frecuente. Si no eres un hooligan ultra te habrá pasado un escalofrío por el espinazo. Si espían a Aragonés o a Boye "para evitar la secesión" —ellos mismos deben estar alucinados— pueden espiarte a ti para impedir que asaltes la Zarzuela con afán de secuestrar a Felipe VI. Claro que no tienes ninguna intención de hacerlo. ¿Pero es o no inquietante que una docena de periodistas veteranos, con carrera universitaria y en estado de sobriedad, decidan confeccionar la historia principal de portada con esta fantasía en lugar de quejarse de la frescura y ligereza con que el magistrado del CNI autoriza una vulneración de derechos y libertades de esta categoría? Por eso a El Mundo se ledenomina aquí el tabloide ultra. Con pruebas como la de hoy.
