Dos asuntos mandan hoy en las portadas. El debate sobre la reforma de la Constitución y la bronca del Papa Francesc a la Unión Europea por su pasividad a la hora de coger por los cuernos la migración en el Mediterráneo. Vamos por partes. Que la reforma constitucional será una de las patatas calientes de la legislatura ya se dijo aquí ayer. La inquietud viene a cuento porque este lunes es un nuevo aniversario de la carta magna, pero también porque está muy viva entre la ciudadanía —no digamos entre la intelliguèntsia— la conciencia que hay que ponerla al día sí o sí. Lo dice incluso NC Report, la nunca bien ponderada empresa de encuestas de La Razón. Engaña un poco al titular por el dato del 55% de españoles que piensa que la Constitución "corre peligro" (no dice cuál, quizá se trata del peligro de fosilización). Pero el dato potente es que el 75,7% de los encuestados piensan que hay que reformarla. Coincide con el 74% del CIS, como hace notar en La Vanguardia su flamante columnista Iván Redondo. Este diario, sin embargo, tiene malas noticias para esa mayoría de tres de cada cuatro españoles: el Partido Popular se niega a aceptar ni un debate preliminar sobre la cosa e imposibilita cualquier adaptación o reforma constitucional.
A la vista del panorama, el PSOE, que tiene en cartera hasta 40 cambios, se ha desanimado y ha arrinconado la idea, según el diario de la Diagonal. Ara abre portada con la misma historia, remarcando que los socialistas han decidido hacer virtud de la carencia y dicen ahora que la Constitución es una de las maravillas del mundo. "Una Constitución que nos protege", se titula la pieza de opinión que escribe en El País Fèlix Bolaños, ministro de la Presidencia y mano derecha de Pedro Sánchez. Justamente este diario abre portada con un reportaje donde seis exmagistrados del Tribunal Constitucional dicen que sí, que debe reformarse, especialmente respecto a la sucesión a la corona y a las autonomías.
¿Por qué esta iniciativa está detenida? El PP y todo lo que representa, más el kommentariat afín, desconfía que los aliados del PSOE —rojos, separatistas, terroristas— obligarán a los socialistas a someter la corona a control, despolitizar la judicatura, detener la centralización, descapitalizar Madrid y romper España para venderla a potencias extranjeras, prohibir el castellano en las escuelas y —horror— eliminar los toros y evitar que Pérez-Reverte gane el Nobel de Literatura. Bueno, no es así exactamente: lo del Nobel es broma. Seriamente, la última cosa concreta que se sabe es que, hacia 2004, cuando Rodríguez Zapatero planteó a Mariano Rajoy el estudio de una reforma constitucional, el entonces presidente del PP y jefe de la oposición lo aceptó a cambio de incluir que la modificación de cualquier Estatuto de Autonomía requiriera dos tercios del Congreso (ahora basta con la mayoría simple). Zapatero le dijo que no lo veía claro, que la iniciativa sobre los estatutos era competencia de los parlamentos autonómicos, apoyaré, etcétera. Rajoy dijo que salía de la reunión más preocupado de lo que había entrado. Y hasta hoy. El tema seguirá calentito las semanas y meses que vienen.
Al mismo tiempo, El Punt Avui, en onda realidad paralela, recuerda que hay una iniciativa constitucional catalana en marcha, promovida por Debat Constituent, ente presidido por Lluís Llach. Tiene su punto resistencial abrir la portada a toda castaña con esa iniciativa el mismo día de la Constitución española.
Todos los diarios de Madrid y La Vanguardia llevan en portada el viaje del Papa Francisco a la isla de Lesbos, donde visitó los campos de refugiados —la mayoría provenientes de los conflictos de Oriente Medio y norte de África— y tiró las orejas a la UE. Habló del "naufragio de la civilización" y pidió que "el Mare Nostrum no se convierta en Mare Mortuum" (mar de los muertos). Es lógico. Ningún otro dignatario de su nivel, no digamos un jefe de Estado, ha osado acercarse a los refugiados. Llama la atención, entre los tres diarios despistados, que Ara haya escogido una foto del mitin del ultra francés Èric Zemmour y no la de Francisco en Lesbos. Si el diario, siempre muy sensible a este problema, ha llegado a celebrar en portada el nuevo barco de la ONG Open Arms —muy santamente— ¿por qué no la visita del Papa a los campos de refugiados y su contundente discurso?