Continúa la batalla del relato —perdón por el tópico sobado— en las portadas de la prensa de Madrid, mientras la de Barcelona hace el esfuerzo de publicar alguna noticia basada en hechos —las noticias de toda la vida, vaya— y no en interpretaciones. Cuando menos este martes. Ara, en primicia, levanta la alfombra al juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, y pone al descubierto que todas las actuaciones que ha activado contra el independentismo los últimos meses contradicen decisiones que él mismo había tomado anteriormente, y que pinchó teléfonos de independentistas a ver qué pescaba. De la información se deriva que la motivación del juez para recuperar algunas causas que había archivado, o para hacer crecer de otras dormidas por falta de indicios, no parece de orden jurídico o no es muy clara. García-Castellón espió los teléfonos de independentistas como mínimo hasta febrero de 2022, aunque la Audiencia Nacional había archivado la causa original (la de los CDR, conocida como “operación Judas”) hacía dos años porque no veía indicios de terrorismo. Quizás vio las orejas al lobo, porque en febrero del 2022 detuvo el espionaje al ver “riesgo” de convertir la causa “en una actuación de carácter prospectivo” —uno de los argumentos clave de los abogados defensores de los encausados. Entre una cosa y otra, dice el diario, “el espionaje al independentismo ha sido general” entre 2017 y 2022. A medida que se saben más cosas de estos procedimientos judiciales, las actuaciones del magistrado parecen más inquietantes que las que pretende atribuir a los supuestos militantes de los CDR.

También es inquietante el título principal de La Vanguardia. Explica que el Partido Popular pone una marcha más en su guerra contra el gobierno español y pretende ahora enfrentar el Senado contra el Congreso, y que el PSOE no se encoge y quiere ver las cartas de la derecha y subir la apuesta. El caso Koldo contra el caso Ayuso. El gobierno español que recurrirá al Tribunal Constitucional la abrogación de las llamadas “leyes de la memoria histórica” que promueven PP y Vox. El candidato de la derecha española a la Generalitat, Alejandro Fernández, que vuelve a describir al PSOE como un partido fuera de la Constitución. Esta partida, cuanto más dura, más fuerte se juega, según los sumarios que publica en portada el diario de los Godó.

Entretanto, el Trío de la Bencina se esfuerza en encontrar argumentos para embadurnar al gobierno de Pedro Sánchez, mientras El País se afana en presentar al PP con la peor luz disponible. Ciertamente, el diario progre no se produce con la grosería carajillera de sus colegas madrileños, y utiliza la actuación del PP para ponerle ante el espejo y mostrarlo del brazo con Vox. En este caso, por la oposición a las “leyes de la memoria”, una manera de decir que la derecha extrema y la extrema derecha son la misma cosa cuando se trata de valores democráticos, derechos civiles, etcétera. El Mundo entrevista al Koldo que da nombre al caso Koldo. Las declaraciones del protagonista principal de esta confusión se presenta como un auxiliar del exvicepresidente, José Luis Ábalos, a quien señala como el señor X de “la trama”, como se dice en los diarios Madrid. ABC dice que Junts y ERC quieren trasladar del Estado a la Generalitat “el control sobre los secretarios e interventores municipales” para "controlar casos como el del 1-O”. A los lectores del tabloide monárquico no les sorprenderá, porque los ha adiestrado para ver a los soi-disant independentistas como el demonio, pero en el diario le sirve para dar una patada a Pedro Sánchez en el culo de sus aliados. La Razón, más flojito, recicla una acusación típica: que Sánchez no hará ascos a pactar con Bildu (léase ETA) para desplazar al PNV al frente del Gobierno Vasco. Caramba. Qué manera más intensa de salir de las vacaciones de Semana Santa.

Ara
La Vanguardia
El Punt Avui
El Periódico
El País
El Mundo
ABC
La Razón