Tomar la decisión y comunicarla dependía del Govern en ambos casos: el recorte de libertades a causa de la covid-19 y el relevo del mayor Josep Lluís Trapero al frente de los Mossos d'Esquadra. No es atrevido pensar que la sincronización ha sido una estrategia deseada. Puede ser conspiranoia o casi, pero la decisión de volver a las "restricciones duras", como dicen Ara y El Periódico, podían haberla trasladado a la conferencia de presidentes autonómicos y cargarle el muerto al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. El kommentariat de las redes sociales —que no equivale al país, pero indica el estado de ánimo de los más habladores— era todo ironía e indignación contra la medida. Incluso reconocidos representantes de la chattering class indepe pedían la intervención del Tribunal Superior de Justicia para anular las medidas concretas que se tomarán este viernes, víspera de Navidad.
Por otra parte, el relevo de Trapero por el comisario Josep Maria Estela lo conocían los afectados desde la semana pasada. Se podía haber hecho público días atrás o más adelante. Que haya sido este lunes no es una decisión casual, una coincidencia. Sería la primera vez. Sea como sea, en las portadas de Barcelona manda más la noticia de las restricciones atribuidas a la sexta oleada de la covid-19 que la del nuevo jefe de los policías, como es natural, obvio y cabal. Eso ha ahorrado hoy al Govern el protagonismo en las portadas en un asunto con más pinchos que un erizo, porque el Trapero que han destituido ya no es el héroe del verano y otoño de 2017, sino el policía que estaba dispuesto a detener al president Carles Puigdemont y a todo el Govern, según confesó en el Tribunal Supremo durante el juicio a los líderes independentistas.
En las portadas de Madrid, El País también abre con las restricciones a las libertades de movimientos y de reunión anunciadas en Catalunya. El Mundo también abre con la misma materia —la pandemia— para decir que, según una encuesta, ocho de cada diez españoles se quedarán en casa a cenar el día 24 y seis de cada diez han cancelado la cena de empresa, como queriendo decir que la gente ya se había adelantado a las limitaciones. La Razón, en cambio, hace noticia de la versión del presidente de Castilla-León, Alfonso Fernández Mañueco (del PP), a la hora de explicar el adelanto electoral en su comunidad. Se ve que sus aliados de Ciudadanos son "unos traidores" por haberse encontrado con representantes del PSOE y amenazar con cambiar de bando y etcétera. Pues eso, que la portada parece el boletín del PP de Castilla-León. Es verdad que lo parece muchos días, pero lo disimula mejor. ABC lo explica de otra manera y dice que es parte de una operación para hacer caer a Pedro Sánchez, objetivo por el cual vale la pena sacrificar lo que sea.