Foment del Treball, la principal patronal catalana, recomienda al gobierno español que aplace el debate sobre la reforma fiscal. Cada vez que hay que decir algo sobre la economía, Foment repite lo mismo, en dos variantes: no toquéis los impuestos o bien bajad los impuestos. Hasta aquí todas las propuestas económicas formuladas por la principal patronal catalana. Es como el catecismo: siempre las mismas respuestas. La diferencia es que la economía no es una fe. Cabe decir que la patronal no carece de coherencia, eso sí, aunque se hace cansado —y un tanto inverosímil— que la solución a cualquier problema en todo momento sea no tocar los impuestos o bajarlos. Hay que decir, en honor a la verdad, que otra propuesta que la patronal siempre dispara es la necesidad de "ajustar" los salarios o de no subirlos, pero es más fea y no insiste tanto en ella. El Periódico abre su portada de este miércoles con el sonsonete fiscal eterno. Pues bien, las oraciones de Foment han sido escuchadas. Según El País, el gobierno español no tocará los impuestos —cuando menos, la mayoría de los impuestos— porque no está seguro de que la economía le permita apretar fiscalmente más a empresas y ciudadanía. La Vanguardia lleva en portada algunos de los indicadores negativos de la economía: se hunde la cotización del euro, baja el casinete de las bolsas y cae el precio del petróleo.
La noticia del día en la mayoría de portadas, sin embargo, no es la crisis económica que nos caerá encima como el glaciar de la Marmolada y quizás con peores efectos. La noticia del día es la tensión entre los dos socios del Gobierno por el extra de mil millones de euros en gasto militar que el presidente Pedro Sánchez ha decidido hacer aprobar en el Consejo de Ministros. Los podemitas se han hartado de que los hagan quedar mal, etcétera. Para hacer demagogia in style, tienes que saber que ese extra permitiría entregar 5 millones más de cheques sociales de 200 euros para familias con ingresos inferiores a 14.000 euros al año y que no perciban el ingreso mínimo vital, una medida que se aprobó hace dos semanas. En lugar de 2,7 millones, los beneficiarios serían 7,7 millones. Visto de otra manera: podría más que duplicarse la asignación a los beneficiarios de la medida. Una comparación más nuestra: mil millones equivalen a unos 161,3 millones de becas comedor o 99 comidas para cada uno de los estudiantes catalanes. Dirás que los mil millones en gasto militar servirán para mantener con vida a todos esos estudiantes y a todos nosotros, que los rusos y los chinos son tan malos. Quizás sí. Para explicar el extra en gasto militar, los diarios tendrán que hacer un esfuerzo también extra que, de momento, no se ve. Sin embargo, mira, a falta de explicaciones, se dedican a meter miedo.
El disgusto, este miércoles, se lo habrán llevado en los dos principales partidos independentistas. Unos por la poca repercusión en portada de la solemne declaración de inocencia y de resistencia de la presidenta del Parlament, Laura Borràs. Los dos diarios más vendidos de Catalunya ni lo llevan en primera página. Los otros porque la querella del president Pere Aragonès contra la anterior directora del CNI no se ve en ninguna portada fuera de la de El Punt Avui. También sorprende que ABC lleve una portada tan obvia. A Felipe González "no le suena bien" la nueva ley de la memoria histórica porque incluye una revisión de los GAL. ¿Por qué disgusta a González que se consideren víctimas del terrorismo las víctimas de los GAL? Es cosa extrañísima. No se entiende. Porque él no tuvo nada que ver, ¿verdad? ¿O son excusas no pedidas? Al fin y al cabo, no es tanta novedad. Un informe de la CIA, fechado en enero de 1984, afirma que González aprobó en 1983 "la formación de un grupo de mercenarios controlados por el ejército para combatir a los terroristas [de ETA] desde fuera de la ley". No hay para tanto, Felipe González. Si ya lo sabe todo el mundo.