Las portadas de los diarios son hoy otra prueba de que la misma realidad puede ser descifrada, descrita, presentada de varias maneras. Es como esas series basadas en interrogatorios de policías a los detenidos o de los fiscales y jueces a los acusados, etcétera. Un mismo hecho o hechos se puede/pueden construir como una incriminación o, al contrario, como una exculpación. El Periódico dice que el candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, "prioriza la independencia" y Ara, en cambio, destaca una frase suya donde "prioriza" otra cosa: "Superar el bloqueo político". En realidad ambos títulos son ciertos y quien de verdad "prioriza" una cosa u otra es la gente que hace las portadas de los diarios, que para eso les pagan. Es su trabajo. Muchas veces, titular es elegir y, muchas veces, la selección de lo que sube al título no es fácil, porque no hay un solo hecho limpio y pulido (ha pasado esto, ha dicho aquello...). Un debate de investidura en el Parlament es un acontecimiento de lo más poliédrico y pone a prueba la capacidad de los portadistas —también, digámoslo todo, porque suelen ser aburridotes, espesos, previsibles y se sabe su final.
El Mundo y El País, en cambio, escriben títulos más fríos, como queriendo pegarse a los hechos, de los que tienen que escoger uno, quizás uno y medio. Naturalmente, el asunto que les interesa o les obsesiona es ver qué graduación independentista tiene Aragonès y, por extensión, el Govern que viene. El Mundo, sorpresa, no sale con uno de esos despropósitos escandalosos y exagerados que tiene por costumbre (bueno, que todos tenemos por costumbre): Aragonès exige, Aragonès reclama, Aragonès conmina, etcétera. Dice que "promete un referéndum a la escocesa". No es exacto porque literalmente no ha prometido nada, pero por los estándares del diario es un título razonable. El País también hace prometer cosas al candidato, pero es más impreciso y remarca un genérico "culminar" la independencia, que podría incluir, así dicho, una sedición o una rebelión de veras, por ejemplo —y no es eso.
Hay diarios que no tienen que escoger porque lo explican todo a base de acumular títulos. El Punt Avui se obliga casi cada día a hacer un título principal de dos palabras. Si de un debate de investidura es difícil hacer uno normal de diez o doce palabras, escribir uno de dos es imponerse muchas restricciones. Nova etapa serviría para hoy, para mañana o para cuando tú quieras. Es un poco tocada de violín o pocas ganas de complicarse la vida. Suerte que todo un aparato de subtítulos explica qué quiere decir eso de la nueva etapa (se ve que no es tan nueva). Finalmente, La Vanguardia. Consigue destilarlo todo casi milimétricamente en la mitad de palabras que El Punt. En el título, Aragonès quiere "culminar el procés" y "alarga la mano al PSC y a los comunes". En los subtítulos aparece el referéndum "a la escocesa" y el jefe de la oposición, Salvador Illa. En una pieza de opinión se remarca que el president tiene "una obsesión" (esa de que habla Ara). Puedes decir que el diario tenía ganas de quedar bien con todo el mundo excepto con Junts, el otro partido de la coalición de Govern, que no aparece. 140 años haciendo portadas en un país como este te otorga un gran arte para decir lo que quieres decir —incluso sin decirlo.