Es curioso el contraste entre los titulares que abren hoy la portada de El País. En el principal anuncia que el gobierno español movilizará a sus 215 embajadas en una campaña internacional "para defender la democracia en vísperas de la sentencia del 'procés'".
Ninguna democracia del mundo sale a decir que lo es como quien vende un buen clima, unos monumentos, un paisaje. El gobierno español, sin embargo, lo considera necesario. ¿Por qué? ¿Tiene cola de paja por la represión del 1 de octubre de 2017 y del independentismo, les euroórdenes fallidas, los presos políticos, el juicio, la ley mordaza, la prisión permanente revisable, la corrupción, etcétera? ¿Tan fuerte ha sido el impacto de todo eso en la reputación de España? ¿No será manifestación de inseguridad o de baja autoestima? ¿No provocará la campaña una especie de "efecto Streisand" inverso, levantando dudas por todo el mundo sobre aquello que promueve, o haciendo aparecer a los españoles como unos chovinistas paletos? ¿No despertará una contra-campaña como pasó con This Is The Real Spain de España Global?
Margaret Thatcher decía que "ser poderoso es como ser mujer. Si lo tienes que decir, no lo eres". No serán pocos los que sospecharán que si España (¡215 embajadas!) debe salir a decir que es una democracia, es que no lo es —o no lo es tanto. ¿No sería más provechoso dedicar los costes de la campaña a la mejora real de la calidad de la democracia y que los tribunales y organismos europeos de todo tipo no avergüencen al estado español por vulneraciones de derechos humanos, juicios injustos, incumplimientos de la normativa comunitaria, etcétera?
Aceite, vino y queso
El titular de al lado dice que los aranceles de Trump castigarán al aceite, al vino y al queso españoles. Lo que ahora cuesta a los Estados Unidos 1.000 millones de euros costará 1.250 millones. La diferencia, como siempre, la pagarán los consumidores, que quizás preferirán reducir el consumo de aceite, vino y queso españoles, cosa que perjudicará a los productores de aceite, vino y queso españoles. La pregunta es inmediata: ¿por qué no movilizan las 215 embajadas para promocionar el aceite, el vino y el queso españoles en lugar de [extender las dudas sobre] promocionar la democracia española? ¡Ah, el orgullo herido, cuánto daño hace!
Precisamente de los efectos de la guerra comercial que mueve Trump se ocupan los diarios catalanes, en una nueva demostración que el hecho diferencial no sólo existe, sino que es muy diferencial. Bien, El Punt Avui no toca tanto el asunto, porque abre su primera página con la querella por lesa humanidad contra el estado español por las cargas del 1-O, hecho que, mira por dónde, muestra que la calidad de la democracia española necesita un perfeccionamiento que difícilmente llegará con campañas de propaganda.
Más asuntos que hablan de la calidad real de la democracia española. Dice El Mundo que Hacienda "engañó" a las autonomías sobre su financiación. Qué titular tan tierno. ¿Dónde ha estado este diario los últimos, digamos, 30 años —ayerm los cumplió, enhorabuena—, y que coinciden con "el engaño" del qué se lamenta? Si no fuera porque ese "engaño" daña a Pedro Sánchez, sería difícil que abriera la portada del diario. Le sirve, eso sí, para retornar al redil con sus colegas de la derecha mediática madrileña, esa primera página de jarabe de palo para el gobierno socialista, que es a lo que se dedican día sí día también desde hace casi cuatro años, todos los quelleva la democracia española entre gobiernos provisionales y la permanente campaña electoral.
La Razón, que tiene más mala sombra de lo que parece, juega a desanimar a los votantes socialistas. Sabe muy bien que el PSOE pierde cuando sus votantes se quedan en casa. Hace un par de días que insiste en esta línea de propaganda ("Crece la inquietud en sectores del Partido Socialista..."). No busques detalles sobre estos "sectores" porque no lo hay: no hay fuentes, no hay datos, nada. ABC sigue con la matraca de las tesis doctorales plagiadas "en la universidad de Pedro Sánchez". Meh. En un país que ha hecho de la picaresca un gran género literario, los resultados de esta campaña de descrédito son perfectamente descriptibles.