El interés de los diarios bascula hoy hacia la crisis económica y social derivada de la pandemia de la Covid-19 en perjuicio de las cuestiones sanitarias. Las portadas se preocupan más de la bolsa que de la vida. ABC se presenta de forma casi feroz en defensa de la cosa turística. La Vanguardia toca un punto delicado: qué pasa con las escuelas y los escolares. El Punt Avui hace un resumen crudo de la cuestión: no hay un duro.
La mayoría de los diarios hablan de los remedios que "la única autoridad competente" pone al alcance de la economía productiva del país y de los trabajadores que la hacen rodar. De los diarios se escapa un sentimiento, una voluntad, un deseo de que nadie salga perdiendo. Van sus portadas a base de noticias sobre aplazamiento de impuestos, bonificaciones fiscales, créditos avalados, rentas mínimas... También se trompetea bastante la idea de que los expedientes de regulación temporal de empleo son buena cosa porque no extinguen la relación laboral. Por supuesto, pero eso solo es la mitad de la historia: también quiere decir que el estado no tiene dinero para pagarte el paro entero, si te llegara, Dios no lo quiera.
Lo peor está por venir: no hay un duro y habrá que esperar a que la Unión Europea aclare como proveerá y, al mismo tiempo, que los estados más apurados, como España, no se dejen llevar por el orgullo.
Después —nunca falla— está la portada que va a reventarlo todo. Hoy es La Razón, que hincha la querella contra casi todo el gobierno español por homicidio imprudente. La han interpuesto once abogados y una procuradora y se han añadido las familias de 2.286 muertos por la Covid-19. Acusan al ejecutivo de no tomar medidas para frenar los contagios, pese a disponer de los datos que las hacían necesarias.
Es una burrada escoger como noticia principal una querella que aun no ha sido ni aceptada por el juez y que se basa en una falta de inteligencia colosal sobre la naturaleza de la política —que los ciudadanos juzgan en las urnas y no los jueces en sus tribunales. Bien que lo sabe el diario, que lo único que quiere es promover a los denunciantes y hacer daño por hacer daño. La próxima pandemia la gestionará Rita la Cantaora —o quizás los abogados que han presentado la querella, que se ve que saben, ayudados por los lumbreras de La Razón que han hecho la portada.
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