Las portadas de hoy son más un anuncio de las cosas que vendrán que un resumen de las que han pasado. Son los primeros capítulos de los culebrones que seguirán durante los días que vienen. Uno arranca con la decisión de "la única autoridad competente" de cargarse la temporada turística, al imponer a cualquier viajero una cuarentena de 14 días. Resulta extraño que ningún diario haya titulado "España prohíbe el turismo". Sí, es un título un poco pasado de sal y pimienta —pero no es trola porque, de hecho, es la consecuencia lógica de la cuarentena—. Los paquetes turísticos típicos son de una o dos semanas de duración... ya me explicarás quién va a comprarlos.

La decisión de confinar a los viajeros se tomó ayer, tarde. Los periodistas no tuvieron tiempo para reaccionar más que para anunciar la medida. Las razones de la decisión son vagas y vaporosas. La OMS no la recomienda y hay expertos epidemiólogos que la ven inútil. La Unión Europea también se lo mira con extrañeza, porque no encaja con sus planes de desescalada, que presenta hoy. El sector del turismo, naturalmente, está que trina. Representa un 15% del PIB —es una estimación: no hay datos exactos— y eso es mucha representación.

Un culebrón que empieza hoy también es la resurrección de Albiol en Badalona. Realmente no había muerto, pero lo parecía.

Otro primer capítulo que se inaugura en las portadas de hoy explica que Pablo Casado despierta. Incluso presenta un plan propio de desconfinamiento que, claro que sí, incluye poner dinero en el bolsillo de la gente y en la caja de los negocios, exonerar de impuestos a las empresas y liberar algunas restricciones a la movilidad, etcétera. Dice Casado que sería lo que quiere hacer la presidenta Ayuso (ora pro nobis) en Madrid, cosa que no entienden algunos líderes regionales del PP, que lo ponen difícil.

La trama se complica cuando Casado se da cuenta de que una antigua novia, Inés Arrimadas, empieza a hacer manitas con su rival, Pedro Sánchez, a raíz de lo que parecía una aventura ocasional en una prórroga del estado de alarma. Sánchez propone formalmente a Arrimadas que salga con él. Al mismo tiempo, el hombre tiene una relación medio así con otra, ERC, que quiere y no puede, porque su pareja formal en Barcelona está de morros, aunque ERC querría separarse o, cuando menos, rebajar su protagonismo. De alguna manera, sin embargo, Sánchez logra enredar a todo el mundo y hacer compatibles dos relaciones incompatibles. Entretanto, Podemos, la pareja oficial de Sánchez, se la juega a sus espaldas y quiere aprobar un impuesto a los millonarios.

¿Conseguirá Sánchez mantener a tantas novias y no comprometerse con ninguna? ¿Reaccionará Casado a tiempo con una alternativa? ¿Resistirá el matrimonio con Podemos? ¿Se romperá la pareja catalana?

Bueno. Es broma, claro. Pero lo que sí es verdad es que las portadas de hoy sólo son el capítulo inaugural de esta nueva temporada de la política en tiempo de pandemia —que es como la de antes de la pandemia pero contigo encerrado en casa.

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