Hoy las portadas no tenían más remedio que abrir con las medidas drásticas de contención del coronavirus que han decidido los gobiernos de Italia y de España, además del batacazo de las bolsas en todo el mundo, motorizado por la extensión de la epidemia y la caída de los precios del petróleo. ABC publica una portada con el titular menos escandaloso de todos, más dirigido a favorecer la calma que a asustar. Es un titular que hace pensar, un lema para que te acuerdes todos estos días de que tienes por delante: la amenaza es el virus, el enemigo es el pánico. Con el virus puedes hacer aparentemente poco —lavarte a menudo las manos, evitar el contacto directo con otros— pero vencer el miedo está en tus manos, nunca mejor dicho.
Hay tres diarios más (La Vanguardia, El Mundo y Ara) que ofrecen una brizna de esperanza, al destacar en su primera página que el brote cero, en China, remite —gracias a medidas tan drásticas como las que aquí se empiezan a aplicar— y que el 70% de los infectados se curan. Bien hecho, estos tres. Quizás debían destacarlo aun más.
El Mundo se aprovecha para castigar al Gobierno, porque su objetivo es el de siempre: no dejar pasar ni una, real o ficticia, para señalar a la "coalición socialcomunista". Todo sirve de gasolina para atizar la hoguera. El País también utiliza el "sin control" para describir el aumento de casos. Es una mala expresión, entre otras cosas porque pasa la impresión que nadie hace nada y que no se puede hacer nada. No es cierto o, más bien, es una descripción abusiva.
El coronavirus ha ahorrado penas de portada más duras por la confusión de los abusos sexuales en el Departament d'Exteriors de la Generalitat, un caso que destapó Ara ayer. La conselleria no lo ha podido hacer peor. Seguramente, este caso no acabará con la dimisión del conseller Alfred Bosch. Oiremos hablar del asunto mucho más, hasta que acabe la limpieza.
Durante los días que vienen sabremos de qué pasta estamos hechos. Nosotros y los diarios. Si nos dejamos llevarse por el pánico y el sensacionalismo o si somos capaces de comportarnos con calma y racionalidad. Porque el remedio al Covid-19 llegará. De momento, mucha tranquilidad y lávate las manos a menudo y a fondo.