Las portadas de Madrid de hoy son un ejemplo profundo de aquel dicho español: de lo que no me gusta, que nadie coma. El Partido Popular tiene un problemón en Euskadi, donde el partido local se niega a aceptar las imposiciones de la sede central de la calle Génova. Podrían aprender de lo que ha pasado siempre en el PP de Catalunya: se lo deciden todo en Madrid. El PP catalán está tan maduro que aceptó con gran gozo y gran alegría la imposición de Cayetana Álvarez de Toledo como primera de lista por Barcelona. A a la diputada no se la ha visto mucho por Barcelona —if at all— pero a los dirigentes del PP local les parece una maravilla. La consecuencia: es un partido casi extraparlamentario.
El País es el único diario de Madrid que explica la magnitud de la tragedia. Los otros tres se dedican a silbar y mirar al techo, intentando fabricar noticias (sic) que entretengan en la parroquia derechista. Es difícil decir cuál de las pirotecnias periodísticas (sic) es la más lograda. El Mundo amaga con arrojarse por el balcón porque el comunista en jefe, Pablo Iglesias, ocupará silla en la comisión que controla a los espías y a los cuerpos de seguridad del Estado. Deben pensar que el vicepresidente reporta directamente a Moscú, al Komintern.
Quizás la peor sea la de ABC. En una contorsión extraordinaria, el tabloide monárquico carga la mano contra Sánchez por respetar los acuerdos de investidura con el PNV (en este asunto, si quieres saber qué pasa, lee la portada de La Vanguardia). España se rompe ahora por la caja de la seguridad social, travestida de pilar de la patria.
La Razón va más allá y da por hecho que los actuales dirigentes del PP vasco deben marcharse porque en Madrid han decidido pactar con Ciudadanos. "Madrileñocentrismo", toda una mentalidad. La gracia es que Cs ha forzado este acuerdo en Euskadi —y en Galicia- por la potencia que parecen tener los de Arrimadas en Catalunya, donde el PP es casi nada. Explicar esto es tan simple que A los diarios de la tuna mediática de la derecha les estalla la cabeza.
