Hoy es un día agradecido para la nigromancia de comentar primeras páginas: sólo hay que emparejarlas para desmontar el relato que quieren vender. La Vanguardia y El Periódico omiten que Ada Colau es alcaldesa gracias a los votos de Manuel Valls —el diario de los Moll lo maquilla en el subtítulo como "apoyo externo". Es una omisión curiosa, pues se trata de un hecho muy noticiable, quizá el que más.
De entrada, sin esos votos sería alcalde Ernest Maragall. De salida, por la extraña alianza entre los representantes del establishment y los de "la gente". Ada Colau y Joan Subirats —el ideólogo de los comunes— hablaron ayer de "políticas valientes". Seguramente la primera ha sido sumar los votos de Valls, que está en sus antípodas ideológicas.
Sea como sea, la portada de La Vanguardia no dice ni mu de todo eso. El Periódico lo camufla ("Colau & Collboni" ¿Y Valls?). Además, ambos diarios escogen unas imágenes de lo más institucional. El diario de los Godó publica una de la alcaldesa sonriente que bien serviría como fotografía oficial, de esas que cuelgan en despachos y oficinas municipales.
Los titulares tienen el tono de los reportajes amables de ¡Hola! —con un toque futbolero: "Colau renueva por Barcelona", titula. "Renueva", como queriendo decir que ha sido decisión de la misma Colau quedarse de alcaldesa, lo mismo que Griezmann el año pasado, que escogió seguir en el Atlético de Madrid. En el subtítulo añade que Colau gobernará con el PSC tras obtener 21 votos "en un pleno tenso y emotivo". Uy sí, tenso y emotivo. ¿Y los 21 votos de dónde salen? La suma de PSC y comunes da 18. ¿De dónde vienen los tres que faltan?
Es pelín ridículo pretender disimular la deliberada cesión de los tres votos de Valls, los necesarios —ni uno más ni uno menos— para hacerle la mayoría a la alcaldesa. Bien que lo saben. El mismo diario lo propuso el pasado día 27. ¡Incluso podrían colgarse la medalla! Cuánta humildad. A ver, ¿qué habrías pensado en su día si los diarios te hubieran escamoteado que Batasuna prestó tres de sus seis votos en el parlamento vasco para permitir la aprobación del "plan Ibarretxe" o, más recientemente, que la CUP cedió dos abstenciones a Carles Puigdemont, justo lo que le convenía para ser investido President?
Naturalmente, tampoco cuentan que un concejal, jefe de uno de los grupos municipales, de nombre Joaquim Forn, ha llegado de la prisión escoltado por la policía, que lo ha devuelto a chirona por la puerta de atrás, una vez tomada la foto oficial del consistorio ya constituido. El mismo Subirats lo ha calificado de "preso político". Silencio a La Vanguardia i El Periódico, que no salga humo por la chimenea. No tiene ni pies ni cabeza. Es tan sorpendente que alguien podría preguntarse razonablemente si esos dos diarios asistieron al pleno de constitución del Ayuntamiento de Barcelona o si vieron TV3, que lo retransmitió en directo. En fin. Así son esas portadas. Así han decidido que debían ser. En de unos años, los historiadores de la cosa que se las encuentren quizá queden desconcertados.
Afortunadamente, también encontrarán la portada de Ara, donde los textos y la foto —¡qué momento!— les ayudarán a llenar las omisiones deliberadas de los otros dos diarios.
Otro tanto ocurre en la prensa de Madrid. El ejercicio de comparar portadas puedes hacerlo tú solo. Aquí el juego es entre la derecha mediática (El Mundo, ABC, La Razón) y El País. Los tres primeros hacen desaparecer los pactos con la ultraderecha de Vox y te quieren vender la moto que PP y Cs ("el centroderecha", según ABC) ha resucitado ("fortifica su poder municipal", dice El Mundo), cosa que les permite ser "el contrapeso de la Moncloa" y a Pablo Casado "recuperar el mando", como explica La Razón. Compara estas fantasías épicas con la información —y la foto— de portada de El País, que los desenmascara. ¿Qué querían encubrir? Es tan infantil… Te tienes que reír. O llorar, porque hay quien se lo creerá.