La Vanguardia y ABC celebran hoy en sus portadas una "nueva" propuesta, patrocinada por Felipe VI, para sacar a España del callejón sin salida político en que vive desde hace cuatro años. La propuesta, de que ya calienta por la banda, es que PSOE y PP gobiernen juntos. No está cerrada: puede tomar forma de una Gran Coalición al estilo alemán o de gobierno en solitario de uno de los partidos previos "pactos de Estado" en "asuntos fundamentales", etcétera. Un nuevo Pacto de El Pardo que ponga al día el turnismo del siglo XIX, que tantas alegrías y prestigio dio a España, al menos a sus caciques, aunque acabara como el rosario de la aurora —militar, por supuesto.
Los encargados de hacer saltar esta idea al campo han sido Felipe González —que, siempre tan bravo, ha hablado de una reforma constitucional— y Mariano Rajoy —que se ha opuesto a tal reforma— en una especie de tertulia de dos horas (¡dos!) entre ambos orquestada en Galicia por el Foro La Toja-Vínculo Atlántico, que se reunía por primera vez. Los ha moderado la abogada Míriam González, que —y esto no tiene importancia alguna— es la pareja del exlíder liberaldemócrata británico Nick Clegg.
Aroma de Deep State
Felipe VI ha inaugurado el Foro con un aleluya sobre los grandes progresos de España y lo que te rondaré morena. Lo cerrará hoy Pedro Sánchez. Han asistido 200 empresarios, directivos y políticos. Conocer a algunos ayuda a saber de qué va la cosa. El encargado y paganini del Foro es Amancio López Seijas, dueño del grupo hotelero Hotusa. Preside la cosa el exministro del PP Josep Piqué, y la vicepreside Antón Costas, expresidente del Círculo de Economía. Entre el público: el presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, y el presidente de las Cámaras de Comercio de España, José Luis Bonet. También Josep Antoni Durán Lleida, entre otros ex, como la exministra Trinidad Jiménez (PSOE, ahora en la cúpula de Telefónica): la exvicepresidenta del Congreso, Ana Pastor (PP); José Luis Ayllón, exsecretario de Estado de Rajoy y exdiputado por Barcelona; Ramón Jáuregui (PSOE vasco), y José Luis Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica. Todo un acontecimiento con el denso aroma y los colores intensos del Deep State.
De Catalunya, los dos jefes de gobierno eméritos sólo han dicho que se merece el 155 "por la deslealtad de su Govern". Y basta. Pero, bueno, se les ha entendido todo.
La iniciativa, puesta en el escaparate con vigor por La Vanguardia y ABC, ha sido recibida más fríamente en las portadas del resto de la prensa constitucional y dinástica. Mientras ABC destaca la comparación de Felipe y Mariano con Winston Churchill —es de una gran modestia: piensa que Churchill sólo ganó la Segunda Guerra Mundial—, El País y El Periódico lo publican en un rincón. La Razón ni lo menciona.
Amenazas en el Parlamento
Entre tanta promesa de un futuro luminoso, algunos diarios destacan también en portada las amenazas del gobierno español al Parlament por medio del ministro de Agricultura y Administraciones Públicas en funciones, el señor..., el señor... (¿cómo se llama?). Bien, da igual. Ara hace un titular muy destacable ("La Moncloa pone a Torrent bajo vigilancia del TC"), por cómo destaca la calidad de la separación de poderes en el Estado español, y explica el sentido de la reforma del Constitucional aprobada por el PP en 2015, en medio de grandes protestas del PSOE. Al convertirlo en un tribunal jurisdiccional, con capacidad de coacción penal, el ejecutivo puede convertir los pronunciamientos políticos del Parlamento que no le gusten en materia penal personal, susceptible de ser castigada ad hominem con multas, inhabilitaciones y prisión.
Debe ser parte de "todo lo bueno que hemos conseguido", como dijo Felipe VI al inaugurar el Foro La Toja. En cambio, la propuesta de la Gran Coalición seguramente pertenece a la segunda parte de la misma frase: "aunque siempre nos parezca que lo que queda por hacer es más aún". Pues eso, que se les entiende todo.