La vida da muchas vueltas. Pedro Sánchez, que arrancó su anterior mandato acogiendo a los refugiados rescatados por el Aquarius en el Mediterráneo, ve ahora que hacer lo contrario con el Open Arms tampoco le gana muchos amigos. Ayer su gobierno recibió leña sin descanso en el Congreso y la reyerta sigue hoy en las portadas de los diarios de la derecha mediática madrileña, que han arrancado el curso político con la misma velocidad de tiro del pasado. No ha sido necesario ni pensar los titulares, porque cada grupo parlamentario —excepto, claro, el socialista— se los han dado hechos, como se ve en ABC, que ha estampado en portada, una debajo de otra, las punzadas más desgarradoras de cada portavoz.
Tiene gracia comparar las portadas de los diarios de la derecha con los de línea editorial más inclinada a Sánchez y alrededores. Mientras El Mundo explica el plenario sobre inmigración como "un vapuleo a Calvo por la gestión del Open Arms", El País lo presenta como "un ataque general al gobierno [español]", como quien riñe a la oposición por no centrarse en el tema de la sesión. Mientras La Razón dice que "se evidencia la fractura" entre PSOE y Podemos, La Vanguardia se regala al decir que "Sánchez lo fía todo a su propuesta de programa". Mientras El Periódico informa de que Pablo Iglesias "afloja para salvar la coalición" (¿qué coalición?), ABC asegura que Sánchez naufraga (ay qué gracia, este verbo). Y así todo.
Da igual cómo ordenes las comparaciones. Son portadas que podían haberse hecho hace tres o cuatro días o, visto de otra manera, que tú mismo habrías podido predecir fácilmente antes de que el plenario se celebrara. Cada diario lleva el agua a su molino. Los de Barcelona priorizan la confección del gobierno central, a ver de qué mal tenemos que morir en Catalunya. Los de Madrid miden las fuerzas de cada bloque político, a ver si vienen elecciones o cómo va la cosa. A la vista de la sesión de ayer, quizás el mejor resumen del momento es la fotografía de El Mundo con el presidente y la vicepresidenta mustios y ausentes. Es para mandarlo todo a tomar viento.